Desaparecieron las mulas y los asnos. No sé si quedará alguna o alguno en el pueblo, pero con la ausencia de este tipo de animales, equinos, tan asociados a nuestras vivencias, se nos fue una parte de esa vida anterior en la que el hombre y la bestia compartían, en cierta medida, una misma existencia marcada por el trabajo y por la rutina. ¡Cuantos miles de años hicieron falta para que este tipo de animales fueran útiles al ser humano y de que forma tan traumática el mismo ser humano ha roto con esa cadena que unía a ambas especies! Cambian los paisajes y las situaciones y cuando miramos hacia aquellos lugares donde en otros días ser humano y animal compartían sudores entorno al surco ahora surgen los tractores y las cosechadoras rompiendo un ciclo histórico.
La fotografía nos muestra como en medio de un barbecho una mula, sola en su soledad, espera la vuelta de su amigo y protector para volver de camino a la cuadra. Antes en Pinarejo se media la riqueza de las personas por el número de machos / mulas con las que se labraba, si ahora se tuviera que hacer esa comparación todos seríamos pobres de solemnidad.
No sé sí en Pinarejo quedan animales de estas especies, pero lo bien cierto es que se echan de menos. En algunos lugares de España y de forma altruista hay sociedades protectoras que se encargan de asegurar su supervivencia. ¡Bienvenida sea la idea y que dure muchos años!
Gracias fotógrafo por estas y otras fotografías tan nuestras.
José Vte. Navarro Rubio
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