viernes, 17 de junio de 2011
POESÍA: PALOMAS SOBRE LA IGLESIA
La fotografía es muy oportuna y más teniendo en cuenta esas palomas que vuelan alrededor de la torre antes de buscar cobijo entre las viejas piedras de la iglesia. Así, día tras día, las palomas vuelven al mismo lugar. Yo les haría una pregunta ¿Por qué?. A la esperade esa pregunta les dejo con una poesia que viene bien al momento:
I
Vosotras sois las que vuelan palomas, torcaces, ladinas,
alrededor de una torre bella y antigua
a la que prestáis vuestros ojos y voz
rompiendo la quietud de este instante
y los transformáis en vida
en estos atardeceres floridos de silencios
como las ramas de un almendro
al que los hielos han quemado los tiernos brotes
que presagiaban un futuro fruto.
Acudís, palomas, a estos confines precisos
para contar bellas historias
que en la largaría de los días
os vienen allí donde crece la tenue hierba y el arisco pino
y allí donde nace la fría agua
que corre por lechos de ríos poco definidos.
Y es en la noche naciente que ya se respira
cuando nos surgen las preguntas
en aquellos momentos en que el helado aliento del viento
entra por las chimeneas
a la espera de que el viejo tronco de olivo arda
en medio de sollozos y de profundos quejidos.
II
Amigos, amigas. Escuchad
como más allá de esos silencios tan antiguos
surge una melodía y un ritmo
y un cantar ronroneo que os lleva
a través de montes, valles y ríos
a ese lugar tan preciso llamado Pinarejo
donde esas hijas de los cielos eternos
nos invitan a mirar hacia el cielo
en la búsqueda de ese cobijo donde apaciblemente duermen
tras habernos dejado ese cantar tan genuino.
Hijas de los cielos eternos
de este Pinarejo siempre altivo
vuelan nuestras amigas las palomas
como si fueran ovejas
guiadas por un pastor divino
hasta su majestuoso nido de la torre
donde esperan desde los siglos de los siglos
volver a ser
alrededor de esos silencios
que operan en tan sagrado recinto
las siempre eternas hijas
que vienen ha contarle a su madre
las aventuras pasadas
allí donde la mañana llena de vida
y con sonrisa inocente
les invita a jugar y a que sean
perpetuas invitadas
dentro de los confines
de este territorio llamado Pinarejo.
III
Hijas de los cielos eternos
de este Pinarejo siempre altivo
vuelan nuestras amigas las palomas
como si fueran ovejas
guiadas por un pastor divino
hasta su majestuoso nido de la torre
donde esperan desde los siglos de los siglos
volver a ser
alrededor de esos silencios
que operan en tan sagrado recinto
las siempre eternas hijas
que vienen ha contarle a su madre
las aventuras pasadas
allí donde la mañana llena de vida
y con sonrisa inocente
les invita a jugar y a que sean
perpetuas invitadas
dentro de los confines
de este territorio llamado Pinarejo.
IV
Llegan las noches
y en esos silencios ásperos
buscan cobijo las palomas
no sin antes retornar
a los orígenes de sus días
en que otros animales
de su misma especie
también surcaron
los mismos cielos
siempre a la espera
del mejor momento
para anidar allí
donde el hombre
no pueda satisfacer
sus instintos más primitivos
consistentes en matar
por el simple hecho
de creerse superior
al resto de animales
que pueblan el planeta tierra.
Alrededor de la iglesia
convertida en madre perpetua
de todos los desamparados
buscan cobijo
las pacíficas palomas
por siempre mensajeras de la paz
y de las buenas venturas.
No indican las palomas con sus vuelos
su alegría por verse todas juntas
en esos momentos cercanos a la noche
en que un gran telón
de color negro como una tumba
está al caer sobre la tierra
en medio de fríos latentes
y de temores perpetuos
dentro de esos nidos que surgen
allí donde las paredes
muestran sus heridas
en forma de hendiduras
y las tejas sus entrantes
convertidos ahora en cómodos hogares
José Vte. Navarro Rubio
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