VIEJO ÁRBOL DE LA CALLE DE LA VEGUILLA

                                                                                 

Se resiste el árbol a morir y como fiel testigo de otros días en que el solar fue una vivienda permanece a la espectativa como queriéndonos trasmitir algo. Realmente es un "testigo" muy especial y por eso es mi intención mimarlo y dedicarle estas letras. En concreto el solar, que en otro día fue vivienda, se encuentra localizado en la calle de la Veguilla, cerca de donde vivía Lunares y la Hipolitilla, Celdonio y la Modesta. ¡Que personaje más especial, Lunares! ¡Y que carácter tan agradable! Era un hombre muy singular del que se podría escribir, para bien una novela, siempre impecable con su lunar en la mejilla. Socarrón y divertido y eso sí también con su carácter.

Sólo se me ocurre un ruego: Cuidemos el árbol pues si ha tenido la osadía de pervivir a inviernos duros y veranos de calores sofocantes por lo menos que lo podamos disfrutar en su sitio, tal y como lo vemos, en señal de aquellos otros días en que pasabamos por la calle y mirabamos de reojo hacia el lugar como queriendo decir: ¿Todavía estas vivo amigo! Fiel acompañantes del árbol son los blancos de las paredes de las casas colindantes y la hierba del suelo

Seco tronco en invierno
la muerte acecha
a un viejo árbol
que vive a la espera
de nuevos momentos en que ser
como la frondosa higuera
cobijo permanente de gorriones
que en sus ramas se hospedan
para alegrar la naciente mañana
con bellos cantares
que hasta el pozo de la Veguilla llegan
y en pos de del sol se marchan
por las extensas llanuras
y campos de verdes siembras.

José Vte. Navarro Rubio