El muerto mira desde un espacio vació
frío arco de hueso sin órbita
y esconde su blancura tras una caja de pino
bien preparada para ser descanso definitivo.
Mira la oscuridad y duda,
no entiende el por qué
la noche dura 24 horas y el alba no se divisa.
No oye, no habla, no ríe, no camina,
sólo espera, sin prisas,
que el cementerio se llene de flores
y con ellas llegue de nuevo la vida.
Hay muertos que dan pena,
otros que nos traen melancolía,
algunos,
por crímenes contra la humanidad,
alegría,
y los que más pesares que en el corazón anidan.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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