Los recuerdos de aquel pueblo
habitan en esa cueva profunda y negra
donde se almacena todo aquello
que el tiempo convierte en deseos.
Geometría perfecta
planea un tupido velo
sobre los sueños
y sólo cuando se alza el telón de los sentimientos
emergen en un florido lecho
pedregosos y asonantes ecos
de una niñez olvidada
en la retina de unos inquietos ojos azabache, azul y negro.
Desde estos tiempos
recuerdo muy poco
de aquellos lejanos momentos
aunque mi piel destila
olores a aceite de oliva, trigo, paja y centeno
que un remoto día allí en Pinarejo
se introdujeron en mi cuerpo.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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