Huyendo de un destino
al cual nos aboca
la voracidad de un mundo
que produce más de lo que come
me escondo y me defiendo
de esos vaivenes de la bolsa
que nos lleva
como barco a la deriva
por un mar de olas encrispadas
de puerto en puerto,
de suspiro en suspiro
y de pena en pena.
Naufragan las ideas
en playas de doradas arenas
mientras la falta de solidez del sistema económico mundial
se hace vulnerable al ataque
de los perros de presa.
Y cruzo los mares, océanos y ríos
en una embarcación a vela
a expensas de las corrientes de aire
y de esos vientos Elíseos
que nos trae de los desiertos sus arenas.
De penas
que se consuelan con otras penas
están nuestras vidas llenas.
Ay de aquellos que esconden las mano y arrojan piedras.
Ay de los que saben de política más de lo que Dios les enseña.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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