Buen invento es
lo de la República,
de entre todos el mejor,
por eso la quiero yo
sin dolor del cuello y del dichoso melón.
Allí donde lo han probado
dicen que mola un montón,
la primera y a lo visto
porque los políticos se sienten con más Don
y la segunda y con razón
porque abarata de lo lindo
el buen gobierno de una Nación.
Aquí la tuvimos
y que poco nos duro
por culpa de los realistas, militares,
señoritos y un montón de camisas azules
que cantaban el cara al sol.
Franco nos la quitó
no sin antes armar una guerra
y un buen follón
acompañado de mucha letanía y pasión
por parte de los novios de la muerte
y de ese señor que se creía más poderoso que Dios.
La Nación en manos de Franco
vivió momentos de zozobra
y de esta forma naufrago y se hundió
hasta que el General murió
y las Cortes proclamaron a Juan Carlos I, el Borbón,
Rey por la Gracia de Dios.
Viva La República,
digo yo,
y devuelvan por favor y sin favor
la esfinge de Azaña,
aquel gran presidente de la II República
que tan mal las pasó
hasta que en Francia
olvidados de todos murió
como un perro sarnoso
o lo que es peor
como un mal español,
al lugar donde un día
en las Cortes se colocó
¡y aléjenla! ¡vaya deshonor!
de ese water con tan mal olor.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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