jueves, 7 de junio de 2012

POETAS CONQUENSES: ANTONIO SANTOS TORRALBA

Oficio tiene Antonio Santos y eso de ser joven le permite ver las cosas de forma diferente. Tiempo tendrá de añorar y de buscar respuestas.

Poesia: Autor: José Vte. Navarro Rubio

Nacer y en la lejanía volver a nacer
todos los días.
Consumado martirio avivado por el ajetreo de un tren que me lleva
allí donde los delirios forman parte de mi vida presente
y me atormentan.
La ciudad piramidal esconde sus momias en las neveras
y los sumos sacerdotes veneran
a un Rey divino que de tanto esperarlo
ya no me queda ni la más pizca paciencia.
Barrios de jornaleros crecen en las afueras
como si fueran colmenas
y al tiempo de la primavera todas salen
nadie queda
más que las holgazanas y la Reina
y de esta forma ayudamos
a que el mundo huela a miel de romero y a canela.


Del aire y la voz

Antonio Santos: Un universo poético propio, completo y trabajado para un primer libro de este autor (Cuenca, 1980), con excelentes formas en unas páginas que desprenden pinceladas del Lorca más popular, del Buñuel más surrealista, del Guillén más recitado, de un Sabina tatareado y una serie de metáforas acabadas. Un autor comprometido con la poesía de siempre. Y con proyección.
IMPRESIÃ?N
Me siento el hemipléjico Baudelaire
de principio del milenio,
el poeta maldito condenado
a la ausencia de la “palabra
exacta” y precisa muerte
del hombre
que deshoja las flores del mal
en el ataúd de la boca.
Tres poetas conquenses, José Ángel García, José María Abellán y Antonio Santos se confiesan apasionados de la lírica y ven en internet un “arma de doble filo”.

Después de toda una vida escribiendo versos, José María Abellán todavía recuerda con precisión que su primer poema fue publicado, a través de Eduardo de la Rica, en un periódico conquense. Consciente de que en la actualidad la poesía es literatura “para minorías”, Abellán se muestra optimista sobre su futuro y destaca  la “alta participación” de jóvenes autores en certámenes poéticos. A su juicio, la evolución de la sociedad ha sido un factor decisivo en el declive de la poesía respecto a otros géneros como la novela, por ejemplo. En este sentido, considera que internet juega una papel decisivo. “Las redes sociales se pueden emplear para mostrar las creaciones a tus amigos e internet te permite la posibilidad de publicar sin necesidad del papel”, dice. Para promover la lectura de la poesía, Abellán aboga por comenzar desde la edad más temprana en las escuelas. 
[Img #15970]
La poesía contemporánea recoge un lenguaje y unos temas que se aproximan a la cotidianidad de nuestros días.


    Por su parte, José Ángel García opina que actualmente existe una amplísima creación poética por parte de jóvenes autores en novedosos soportes, aunque admite que se trata también de un género minoritario. Los blogs, las páginas especializadas o las revistas digitales se convierten en los mejores aliados de los principiantes de este género y les permiten difundir sus obras. No obstante, García reconoce que siguen existiendo dificultades para publicar en las editoriales tradicionales en papel y admite que los galardones ayudan a abrir puertas. Lo más asombroso, dice, “es que se sigue escribiendo poesía a pesar de que el mercado es muy limitado y concreto”. 

    Pero, ¿hacia dónde van encaminadas las corrientes poéticas contemporáneas? Según José Ángel García, existe una aproximación a la vida cotidiana, tanto en los temas como en el lenguaje. “Hay una poesía muy experimental en el lenguaje que recoge tradiciones y que juega con el silencio”, explica. 
    A su juicio, la poesía “es enormemente importante en la educación de lectores”. Por ello, defiende que la escuela “es el mejor camino para crear futuros lectores”. 


Jóvenes poetas


“Del aire y la voz” es el nombre que da título al primer libro de poesías del joven conquense Antonio Santos, de 31 años. Una obra por la que el autor luchó hasta la saciedad y que finalmente logró ver la luz gracias a la editorial Celya. Más tarde, los versos de Antonio aparecerían recogidos en la Antología “Inmaduros 26”, junto a los de otros autores de Castilla-La Mancha. Para él, internet es un arma de doble filo. “Internet ha restado muchas posibilidades de publicar en papel, aunque también te permite llegar a más gente”, afirma. A su juicio, la poesía que está “es un género en permanente crisis, para minorías”.

Muy bien, poeta. ¡Adelante! Escribe, escribe, no te detengas. Eres la voz antigua de la tierra. El clamor revolucionario de la belleza se alza en tus adentros para derramarse impetuoso en un torrente hecho de versos. De la Belleza con mayúsculas —¡eh!—, de la que a veces acaricia y a veces araña, como el aire que es brisa y huracán y me llega a través de tu garganta en forma de susurro, de lamento, de latido y de canción, de sacudida, de espolón... me dejas el corazón crucificado con emociones de acero fino, como un acerico expuesto a tus alfileres certeros, a la rotundidad de tu amor. Porque hace falta mucho amor para mirar el mundo como tú lo miras y después contárnoslo como nos lo cuentas:

...La otra cara del mundo
es una bandera blanca
que pide clemencia,
una hoja blanca
de la historia que le robaron
en un jergón soslayo
sobre el que sueñan los vértigos del
infierno.
La otra cara del mundo
es un grito desgañitado que rompe nubes
en el ambiente telúrico de una gota de
nada...

Antonio Santos Torralba nace en Honrubia (Cuenca) un veinte de abril de hace veinticuatro años, es decir, el de 1980. Al menos eso es lo que indica su D.N.I., aunque él afirma saber de buena tinta que fue en el hospital Virgen de la Luz de Cuenca capital donde respiró con sus propios pulmones por primera vez. Sus diecisiete primeros años, no obstante, transcurrieron en Barcelona, ciudad a la que sus padres habían emigrado ya antes de que él naciera. Lo cierto es que cuando le pregunté de dónde era, su respuesta fue: “¿Que de dónde soy? No soy de Honrubia, no soy de Cuenca, no soy de Barcelona... ¿Ciudadano del mundo? Tampoco, no he visto lo suficiente. Soy charnego, eso es lo que soy. Ni catalán, ni castellano, ni nada. Charnego y a mucha honra. Esa es mi infancia, y la patria de un poeta es su infancia”. Nace hombre y nace poeta, porque no es poeta quien se entretiene en fragmentar las líneas en pedacitos de mayor o menor longitud, ni quien tiene peor o mejor tino a la hora de elegir las rimas, ni el avezado contador de sílabas, ni el que se rompe la sesera en busca de la más indescifrable de las metáforas.

...Tú y yo vivimos
el mundo sin piel. De ahí
nace la poesía...

Claro, poeta es quien llega a este mundo despellejado, como un caracol que ha perdido su concha y ha de vivir para siempre asomado, sintiendo todo cuanto le rodea —por dentro y por fuera— en carne viva. La poesía no es una condena, pero sí un destino ineludible. Es una casa sin paredes ni puertas a la que el poeta llega tiritando, para hacer de ella su atalaya y su trinchera. Torre de cristal y escaparate de emociones.

...Supongo que, mirado desde un punto de vista
objetivo,
soy un idiota soñador...
...Y la poesía no existe, la inventaste tú,
y es sólo una excusa
para que me mires a los ojos
del alma
cada vez que me lees...

Pues llámala como quieras, Antonio. Haz de ella tu profesión o tu coartada. Niégala. Maldícela. Pisotea los bolígrafos, inocula tres o cuatro virus diferentes en tu Word. Sabes que da igual. Sabes que solo su abrigo te protege del frío y del calor. Sabes que —sin tinta y sin papel— tu corazón marca en los silencios noctámbulos la cadencia desnuda y exacta. Sabes que ese ritmo es todo lo que tienes. Y te basta.


Ahora soy yo quien duda y se pregunta por qué narices se te ha tenido que ocurrir pedirme a mí que introduzca tu primer poemario con estos cuantos renglones sobre los que he escrito el epígrafe “Prólogo”. ¡Qué insensatez! ¿En qué cabeza cabe? Yo ni sé ni me atrevería a valorar la elegancia de tus rimas ni lo esforzado de tus sonetos, ni tan siquiera me propongo reseñar los elementos clave que utilizas para vertebrar tus versos. Lo único que yo sé es que desde aquel bendito día en que me topé con ellos en aquella página web, me siento un poco más esperanzada, porque si todavía quedan seres humanos con tu mirada y tu voz, a lo mejor León Felipe se equivocaba en su Oda rota y estemos todavía a tiempo de dar un salto grande y audaz y componer la más bella de las canciones. A lo mejor no sean éstos tan malos tiempos para la lírica después de todo.

...El mundo no necesita un poeta
ni un hombre,
ya tiene bastante
con abogados y políticos,
apenas animales,
que saben contar hasta cien...

Vale, lo que tú quieras. Pero el mundo necesita de ti para que sigas abriendo estrellas, cada noche si puede ser, como escotillas para tomar aire. El mundo necesita de ti porque han derrapado los escorpiones, porque hay sangre en los pupitres y las flores se mueren en los peajes, porque las uñas hacen surcos en la piel y las palomas se injertan en las cornisas por la huelga de operadores, porque los gatos crían sus camadas okupando los solares y las ruinas y huyendo del filo de los alquileres, porque para colmo no sabemos quién siembra nieblas en la luz ni adónde vuela en primavera un B-52, y encima en las cajetillas de tabaco no advierten de nada de esto.

Al cabo, me he descubierto. Supongo que mi función como prologuista debería de ser la de tomar de la mano a los posibles lectores y conducirlos al pie de tus versos con el espíritu adecuadamente predispuesto. En cambio, me he limitado a confesar mi propio interés sin ningún tipo de recato. Escribe, poeta, escribe, que nada te pare ni te venza, que no te detenga la alegría ni te paralice la pena. Cuéntanos, cuéntanoslo todo. Sorpréndenos con esos “trucos”(?) de magia que tú sabes, esos juegos malabares en los que con cuatro o cinco palabras nos resumes lo que llevábamos años sintiendo y no atinábamos a expresar. En justa correspondencia, nosotros seguiremos posando para ti. Y te leeremos y te releeremos, y recrearemos tus poemas desde nuestra propia alma hasta que dejen de ser sólo tuyos y sean de todos y de nadie. Y en nuestra soledad nos sentiremos acompañados y comprendidos, como tú en la tuya. Y, desde nuestra unicidad certera, entenderemos al fin el significado de la palabra ‘universal’. Que así sea.

(Prólogo de Pilar Benito para el hijo queridísimo de un poeta amigo. Un abrazo, Antonio.)





ECUACIÓN

Le he dado la vuelta al mundo,
la cama y la almohada.
He repasado calles, meses
y cuentas.
Y de nuevo
he borrado todo para empezar
de cero.

A ver,
a ti te he llamado
x. Sé que te gusta
más Sara, y que es mucho
más bonito Ariadna, pero x es nombre
de incógnita por antonomasia, y tú eres mujer
por definición.

Entonces, cuando los maniquís,
las escaleras de tu casa,
e incluso el humo de otros
cigarros te han reconocido
como x, me he puesto a tu lado
y me he llamado y. Sé que tampoco me pega,
pero suena más técnico y preciso
que llamarse Antonio,
y esto es una cosa muy seria.

Entre ambos, sumados,
restados, multiplicados, divididos
e imaginados:
tus bares, mis cervezas,
nuestros discos,
tus sonrisas, mis sueños,
nuestros libros,
tus quejas, mi aliento,
nuestra poesía,
tus fonemas, mis palabras,
nuestro destino.

Como decías que tenías dudas, siguiendo
los consejos de aquellos
maestros a los que no recuerdo
más que como un montón
de consejos,
he intentado aislar la x
para despejarla.
He pasado todo al otro lado
y lo he cambiado
de signo,
aunque hay cosas que no cambian
las pongas donde las pongas.
Propiedad conmutativa:
el orden de los corazones
no altera el amor.

El resultado era el mismo
de antes
de darle la vuelta
al mundo, la cama
y la almohada,
de repasar calles, meses
y cuentas,
de borrarlo todo para empezar
de cero
otra vez.

Después
de tirar el boli confundido
he cerrado los ojos, como tantos bares,
para ver la huella
de tu mirada
y el rastro que en ella deja el alma.

La cuenta está bien hecha.
repásala tú.

de Antonio Santos en Del aire y la voz






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