POESÍA: EL TAN, TAN DE LA SELVA

 

"Tan, tan" de la selva
y de un grito ahogado
y de una mujer que muerde
con entereza
un trozo de madera
mientras nace un niño
y cae muerta una gacela.

"Tan, tan" de victoria
y de aviso de hambrunas
que se llevan
generaciones enteras
de seres humanos
que solo esperan
caigan las alambradas
y los mares sean
más que cementerios
sendas de convivencia.

"Tan, tan" que avisa
que desde la costa a la aldea
llegan hombres armados
con machetes y escopetas
y cadenas tan largas
que no hay suficientes pies  ni cabezas
con que llenar las bodegas
de bajeles convertidos en cárceles tan ciegas
que el olor al aire en ellas no entra.

En el llano como si fueran
excrementos de vaca
o cagarrutas de oveja
lucen las cabañas
y se impregna la selva
de sabiduría y destreza
en el vivir el día a día,
en el guardar sus creencias
y en el ser ellos
seres humanos,
aunque algunos todavía no se lo crean,
que del mundo esperan paciencia.

Poco a poco
y a golpe de "tan, tan"
en la selva
se abre un mundo nuevo
a poco
y tan poco nos queda
que ya las páginas de los libros
hablan de ellos,
los indígenas de las patrias pobres,
como si fueran,
especies extinguidas
a los que el mundo moderno
no puede dar, ni tan siquiera,
tiempo para que no desaparezcan sus leyendas.

A golpe de "tan, tan" en la selva
se acerca una patera
y resuena el "tan"
y el golpe seco se hiela
entre olas que saltan
y llegan hasta la boca negra
de una selva
donde un tronco hueco de madera
y un palo curtido
por una mano seca
da su último "tan"
por un hijo que ya vuela
entre leones y tigres, lanzas y agua salada
del azul de los mares
convertida en mortaja confeccionada con lana de oveja.

Autor: José Vte. Navarro Rubio