lunes, 18 de marzo de 2013

ESOS DIEZ MANDAMIENTOS Y OTROS MÁS





 


LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL VAGO

Se nace cansado y se vive para descansar.

Ama a tu cama, como a tí mismo

Si ves a alguien descansar, ayúdalo

Descansa de día para que puedas dormir de noche.

El trabajo es sagrado, no lo toques.

Aquello que puedas hacer mañana, no lo hagas hoy.

Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro.

Calma, nunca nadie murió por descansar.

Cuando sientas el deseo de trabajar, siéntate y espera que se te pase.

Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA LOS EMPRENDEDORES DE STEVE JOBS

1.- Hacer lo que nos apasiona
La vida es corta, eso lo escuchamos y lo repetimos constantemente, pero es poco lo que en realidad lo aplicamos… ¿Cuántas veces nos hemos sentido “atrapados” en trabajos que no nos aportan nada más que un sueldo (a veces que no da ni para vivir)? Si tienes que pelear contigo mismo cada mañana para levantarte de la cama e ir a la oficina, puede que tengas un problema, y no de pereza precisamente.
“La única forma de hacer bien un trabajo es amando lo que haces. Si todavía no lo has encontrado, sigue buscando. No desesperes. Como en el amor, sabrás cuando lo has encontrado”, decía Jobs en el discurso de Stanford.
Así que si te sorprendes varias veces al día mirando el reloj y contando las horas de salir de la oficina… También estás en problemas. Cuando las cosas nos motivan, cuando nos apasionamos con algo, el tiempo se pasa volando, y trabajar da un gusto y satisfacción tan grandes que son como una gasolina que nos renueva de energía hora tras hora y día tras día.
Entonces, si la vida es tan corta como sabemos que es, ¿vas a desperdiciarla trabajando en algo que no te llena? Todos tenemos que comer y que pagar el lugar donde vivimos, pero mientras tienes que trabajar en algo que no te llena, no dejes de soñar en lo que realmente quieres hacer y cuando lo sepas, cuando tengas clara tu idea, déjalo todo y dedícate a ella: Steve Jobs dejó la Universidad y se dedicó a lo que quería. Mark Zuckerberg hizo lo propio y así un montón de casos.
Atención: No se trata de que los lectores de Fayerwayer dejen los estudios, se trata de que estudien o trabajen en lo que realmente les apasione. Cuando lo tengas claro, pon toda tu energía en alcanzarlo: Lo peor que te puede pasar es que fracases, y tengas que buscar otro trabajo malpagado para pagar las cuentas y las deudas mientras sigues soñando y lo vuelves a intentar. La clave: No perder la ilusión.

2.- Seguir a tu intuición
En el discurso que dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford, en junio de 2005, recordó que al dejar la carrera, como ya no tenía que asistir a las clases obligatorias, se decidió a tomar un curso de caligrafía en Reed College, que según dijo ofrecía entonces “la mejor instrucción en caligrafía del país”. Si bien no tenía una utilidad práctica de momento, no le era útil para producir dinero, era algo que le apasionaba… Lo hizo y lo disfrutó.
Diez años después, cuando estaba diseñando el primer ordenador Macintosh, Jobs dijo que “todo tuvo sentido” para él: “Todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía”. Seguir sus instintos le dio un conocimiento que luego aplicó y se convirtió en uno de sus valores diferenciales.
Una clave más para los emprendedores: Haz las cosas que te gustan, aunque de momento no sepas porqué te atraen. No sabes si unas clases de cocina que hoy ves como un hobby, en unos años te darán la clave de tu emprendimiento. Además, en mi particular forma de verlo, las actividades de corte artístico y que estimulen la creatividad siempre deben ser bienvenidas, aunque lo tuyo sea psarte la vida echando códigos. No te cortes las alas: Sigue tu intuición.

3.- Investigar, observar, investigar…
La investigación es fundamental para emprender: Debes aprender del sector en el que te quieres mover, detectar a la competencia y estudiarla, comprender al mercado para poder dirigirte a él de la mejor manera. Si tienes una idea de emprendimiento en mente es fundamental que detectes a la competencia, que la investigues, que veas como hace las cosas, en qué acierta y en qué se equivoca.
Cuentan que a la hora de diseñar los folletos comerciales de Apple, Jobs estudió en detalle el uso que Sony hacía de los tipos de letra, la maquetación y el papel con un peso determinado. Además, cuando llegó el momento de diseñar la caja de cartón para el primer Mac, estuvo paseando por el aparcamiento de Apple fijándose con atención en las carrocerías de los automóviles alemanes e italianos.
“Puedes preguntarle a los clientes qué es lo que quieren y después intentar dárselo. Para cuando lo tengas construído, ellos querrán algo nuevo”, decía Jobs.
La observación es fundamental para los emprendedores: Te da una visión privilegiada del entorno que te permite detectar necesidades de mercado que están adormecidas, que la gente ni siquiera sabe que tiene… He ahí una de las enseñanzas de Jobs: ¿Cuántos necesitábamos iPad? Ahora las tablets son parte fundamental de nuestro equipamiento tecnológico.

4.- Fichar a los mejores
Un tema importantísimo para los emprendedores: La selección de su equipo de trabajo. Jobs siempre se preocupaba por reclutar a los mejores: Contrató al arquitecto Ieoh Ming Pei para que diseñara el logotipo de NeXT y reclutó a Mickey Drexler, de Gap, para que formara parte del consejo de administración de Apple con vistas al lanzamiento de la cadena de tiendas de la compañía.
Este consejo es necesariamente útil cuando comenzamos un emprendimiento, y esto lo digo por experiencia propia: Un emprendedor no puede (ni tiene porqué) saber de todo. Si bien es necesario que conozcamos el mundo en el que nos vamos a meter, sea éste el tecnológico, el de la restauración, o el de los transportes, es prácticamente imposible que dominemos todas las áreas.
He ahí la importancia de hacer asociaciones estratégicas, donde si tu fuerte es la tecnología, busques a alguien que sepa de marketing y ventas, y te ayude a posicionar tu producto o a “pescar” a los clientes, por ejemplo.

5.-Mantener una plantilla reducida
En una oportunidad en la que hablaba de los comienzos de Macintosh, Jobs recordó que la plantilla de empleados era de cien personas: Si requería contratar a un trabajador, antes despedía a otro. ¿La razón? Decía que solo podía acordarse de cien nombres, así que manejaba la plantilla en ese número para tener una mejor relación con cada uno de los trabajadores con que contaba.
Obviamente cuando la empresa despegó, el número de trabajadores creció, pero mientras, es una buena idea la de mantener una plantilla limitada: Sin duda da al empresario la posibilidad de tener una relación más cercana con sus empleados, y por ende, hacerlos sentir parte del proyecto, seducirlos con la idea que mueve el negocio, comprometerlos con los resultados.
En el caso de los emprendedores esto es un error común: He conocido casos de quienes se endeudan para contratar personal y crean de la nada una plantilla (y una nómina que pagar) sin que el proyecto aún camine y produzca beneficios para pagar esos costes…
En otros casos, al no tener el presupuesto para contratar, pues se nos ocurre la “brillante idea” de ir por la vida reclutando a amigos y familiares, que sentimos saben más que nosotros de determinadas actividades, les contamos la idea, los entusiasmamos, los enamoramos y los montamos en el barco. ¡Cuidado! Hay que saber apoyarse en quiénes saben más que nosotros, pero en su justa medida: Estas asociaciones pueden acabar con amistades y hacer pelear a las familias.
Considero que se debe formar un equipo mínimo capaz de sacar adelante el proyecto, y ya a medida que veas como funciona, podrás incorporar a los “profesionales de tus sueños”. Ni Google, ni Facebook, ni Twitter nacieron perfectos: Sus diseños, por ejemplo, dejaban mucho que desear, pero sobre la marcha, una vez que despegaron, se han hecho los ajustes que los tienen como hoy los conocemos. Pienso que es cuestión de paciencia y perseverancia. ¿No os parece?

6.- Seducir a tus trabajadores y socios
Al seguir hablando de equipos de trabajo esta parte me pareció muy importante: La diferencia entre “seducir” y “amenazar” a tus compañeros de emprendimiento, sean tus socios o tus empleados, y es que a estos últimos, aunque les pagues por su trabajo, si no logras que se enamoren de tu proyecto no obtendrás el 100% de su capacidad.
Cuentan que Jobs tenía un carisma personal que mantenía motivados a los empleados: Su entusiasmo contagioso fue la razón por la que el personal que diseñó el primer Mac se pasó tres años seguidos trabajando 90 horas a la semana. Cuando un empleado se entrega a un proyecto, el mejor incentivo es verlo culminado con la mayor calidad porque se siente parte de la empresa y por ende, de su éxito.
La verdad no tengo empleados propios, pero cuando he desempeñado puestos de mando en empresas de otros, he vivido en carne propia aquello de que es mejor usar “la zanahoria que el palo”: Siempre vale más motivar que obligar. No entiendo porqué le cuesta tanto a los jefes comprender esto… Espero que cuando tenga mis propios empleados lo recuerde con claridad. Creo que la clave es, como en la vida misma, ponerse siempre en la piel del otro. Así es más fácil tener una perspectiva de las cosas que se piden y cómo se piden.

7.-La calidad como religión
Cuentan que en la víspera del lanzamiento del primer iPod, los empleados del staff se pasaron la noche entera sustituyendo las clavijas de los auriculares porque Jobs consideraba que no hacían “click” de la forma precisa y deseable. Mantener un criterio de calidad es fundamental para los emprendedores: No debemos dejarnos llevar por lo fácil, por lo práctico, o por “lo que vende”.
“Ten un criterio de calidad. Algunas personas no lo usan para crear el ambiente de excelencia que se espera”, decía Jobs.
Comprometerse con hacer un trabajo de calidad es fundamental para el desarrollo de una idea: No puedes dejar las cosas a medias, conformarte con “lo que hay”. Aspira a más, pero sin detenerte. No se trata de que tengas que sacar un producto perfecto a la primera, se trata de saber que todo es mejorable. Lograrlo es un punto diferencial sumamente importante.
“La calidad es más importante que la cantidad. Un ‘home run’ es mucho mejor que dos dobles”.
Supongamos que te mueves, como yo en el mundo del marketing y la comunicación: Si bien solemos ver que lo que vende es lo “amarillista” y “sensacionalista”, no podemos conformarnos con darle a la gente más de lo mismo. Hay que evolucionar hacia los mensajes y contenidos de calidad, aunque te lleven más tiempo y esfuerzo, porque esos que a la gente también le interesan. Calidad más allá que la cantidad y que la inmediatez… Tener tiempo para detenerse a pensar es fundamental para poder hacer cosas de calidad.

8.-Aprender del fracaso
Los emprendimientos son complicados y arriesgados: Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar, y esa incertidumbre suele darnos miedo. Al algunos incluso los paraliza. La posibilidad del fracaso está a la vuelta de la esquina y sin duda, es una alta probabilidad de que suceda, el secreto está en cómo lo aceptes: Una derrota o una lección.
“Soy la única persona que sabe perder un cuarto de millón de dólares en un año. Es muy constructivo”, decía Jobs.
En el discurso de Stanford, Jobs recordó cuando lo despidieron de Apple, la propia empresa que había fundado. Si bien lo contó como anécdota, destacando que “muchas veces la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza”, recuerda que gracias a que lo despidieron pudo conectar con su parte más creativa de nuevo y entonces con la experiencia acumulada en su trayectoria:
“La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, fundé una compañia llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa”.
Jobs no se sentó en una esquina a quejarse de que lo habían despedido. No se conformó con cobrar la ayuda por desempleo (si es que existe en EEUU), ni se quedó pasmado echando curriculums a ver si alguien lo llamaba para ofrecerle un puesto en que ganaría un sueldo para vivir y poco más. Lo volvió a intentar. Buscó de nuevo conectar con lo que le apasionaba y se atrevió a emprender de nuevo… Por algo dicen que esto de emprender es adictivo.
“A veces cuando innovas, cometes errores. Es mejor admitirlos rápidamente, y seguir adelante apostando por tus otras innovaciones”, decía Jobs.
Lo importante: Aprender de los errores y comprender de una vez por todas, que el fracaso es una de las mayores fuentes de aprendizaje.

9.- Arriesgar por la idea
Cuando estamos emprendiendo y le contamos a nuestros amigos o familiares la idea que tenemos en mente, una de las cosas que suelen preguntar es ¿cuál será el modelo de negocio? o lo que es lo mismo: De dónde sacarás el dinero. Jobs, si bien tuvo éxito en sus proyectos, reflexionaba:
“Ser el hombre más rico en el cementerio no me importa… Ir a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo maravilloso… ESO es lo que me importa”.
Hay negocios que nacen sin saber como se van a rentabilizar, por ejemplo Twitter. Y eso no quiere decir que no sea un emprendimiento exitoso. Si bien lo idea es partir con un modelo de negocio que te permita los ingresos para cubrir los gastos y obtener ganancia, estoy convencida de que si haces lo que realmente te gusta, encontrarás la forma de rentabilizar tus esfuerzos y vivir haciendo lo que te gusta es una ganancia en sí misma, ¿no?

10.-El momento es ahora
“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, dice un refrán popular, muy sabio por cierto. Y es que si bien hablamos de que la vida es corta ¿a qué vamos a esperar? Decía Jobs:
“¿Quieres perder el resto de tu vida vendiendo agua edulcorada o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?”
Es importante comprender que las condiciones para emprender nunca serán 100% favorables: El momento perfecto es ahora. Hay que arriesgar e intentar. Después de todo, lo peor que te puede pasar es que debas intentarlo de nuevo… ¿A qué esperas para emprender?

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA MAFIA:

El primer mandamiento prohíbe "prestar dinero directamente a un amigo" y aconseja, si es necesario, hacerlo a través de una tercera persona.

El segundo es que "no desearás a la mujer del prójimo".

El tercer mandamiento prohíbe cualquier tipo de relación con la policía y, además,

El cuarto, rl verdadero "hombre de honor" tampoco se deja ver por bares y círculos sociales

El quinto, si el deber le llama, tiene que estar disponible en cualquier momento, incluso, , "si su mujer está a punto de parir".
El sexto, exige a los hombres de la Cosa Nostra "puntualidad" y el respeto "de manera categórica" de todas las citas.

El séptimo, tras prohibir desear a la mujer del prójimo, se exige "el respeto a la esposa".

El octavo obliga a "decir la verdad" a cualquier pregunta y en cualquier situación.

El noveno hace referencia a una de las reglas de la "dignidad" mafiosa: se puede matar, extorsionar, traficar, pero nunca "robar el dinero de otras personas o de otros clanes mafiosos".

El decálogo se completa con un mandamiento más complejo, en el que se dan indicaciones precisas sobre quién puede formar parte de la Cosa Nostra o, más bien, quién no podrá jamás entrar en la "familia". La organización no permite la entrada "de quien tiene un familiar en las fuerzas del orden", quien ha "traicionado sentimentalmente" a la mujer, tiene "un mal comportamiento o no demuestra valores morales".

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL TRABAJADOR EN LA ERA DIGITAL

1. Trabaja desde su casa, la playa, un bar o donde quiera, sin tener que gastar tiempo y dinero en viajar hasta la oficina. El 60% de los trabajadores cree que ya no es necesario compartir el espacio físico con sus colegas.

2. Es dueño de su tiempo, y eso lo hace feliz: el 78% de los gerentes cree que la flexibilidad en el trabajo ayuda a retener y motivar a los ejecutivos más importantes de su equipo. Trabajando desde su casa, los trabajadores pueden recuperar dos semanas de tiempo libre cada año, que es el tiempo que pierden viajando a la oficina.

3. Es amigable con el medio ambiente: Un sólo día de teletrabajo a la semana podría reducir las emisiones de gases contaminantes en 423.000 toneladas. Esto equivaldría a 77.000 coches menos en las carreteras a lo largo de todo un año.

4. El balance entre su vida personal y laboral es mucho mas justo. El 80% de los trabajadores cree que puede combinar mejor estos ámbitos.

5. Las mujeres pueden acompañar el crecimiento de sus hijos sin tener que dejar su vida profesional de lado. En 1962 solamente un 37.7% de las mujeres estadounidenses estaban empleadas, mientras que en 2012 la cantidad de trabajadoras representa el 58% de la población femenina de Estados Unidos.

6. Es más productivo. El 65% de los teletrabajadores son más productivos que aquellos empleados que trabajan en oficinas, sumado a que el 76% de los teletrabajadores están mejor dispuestos a trabajar horas extras.

7. Lleva una vida más sana, come comida casera, evita los 'snacks de oficina' y hace ejercicio más habitualmente: un 73% de los trabajadores aseguran que se alimentan de una forma más sana cuando trabajan desde su casa.

8. Está menos estresado. El 75% de los trabajadores creen que su trabajo lo estresa, mientras que un 25% considera que es lo más estresante de su vida. Sin embargo, los teletrabajadores logran una reducción del estrés de un 25%.

9. No pierde tiempo pensando qué vestir cada mañana, un estudio presentado por el diario The Telegraph sostiene que las mujeres pierden en promedio 16 minutos todas las mañanas decidiendo qué prendas vestir antes de salir a trabajar, el equivalente a 5 horas al mes frente a su guardarropas.

10. La utilización de sus pantuflas crece considerablemente, y esto hace feliz a cualquiera o, al menos, así lo aseguran desde la universidad de Harvard, que incluye el uso de un calzado cómodo entre sus diez recomendaciones para ser feliz.
No quedan dudas de las múltiples ventajas del mundo del trabajo. Hace feliz a los empleados, mejora los resultados y la productividad. Sin dejar de mencionar que permite reducir los costos y el impacto ambiental. Los beneficios llegan tanto en los trabajadores como a las empresas, y la felicidad es mutua.
Fuentes: Cisco Global Workplace study, 2010. IDC Worldwide Mobile Worker Population 2009-2013 Forecast. IPSOS, Telecommuting, November 2011. Workshifting.com.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS SEGÚN BERTRAND RUSSELL

1. No estés absolutamente seguro de nada.

2. No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.

3. Nunca intentes oponerte al raciocino, pues seguramente lo conseguirás.

4. Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.

5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.

6. No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.

7. No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas la ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.

8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más profundo que ésta.

9. Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.

10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, pues sólo un necio pensará que eso es la felicidad.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE AMANCIO ORTEGA

“No estudié lo suficiente”
“Mi universidad es mi profesión. Fui dependiente a los 13 años. Mi trabajo es a dedicación plena. Lo que la empresa necesita se lo damos todos los días. Mi prioridad permanente es la compañía. Lo mío es vocación empresarial. El empresario de antes no me gustaba. Yo quería ser un empresario diferente. Quería cambiar socialmente el mundo del empresario. En estos momentos es cuando veo mis carencias. Al hablar de mi trayectoria se repite mil veces que empecé a trabajar a los 13 años. Es verdad, pero no se añade que, como no podía hacerlo todo, no estudié lo suficiente. Ahora lo echo en falta”.

“No necesitamos consultores. ¿O resulta que van a conocer más nuestro negocio unas personas que no lo viven día a día, como nosotros?”
“Dar autonomía real a las personas es clave. Damos autonomía cien por cien a todo el mundo. Un control anual y punto, eso es lo que me gustaría que me hicieran a mí. Damos la responsabilidad de una tienda que vende 30 millones de euros a una persona de 25 años, que es la que dirige una tienda. Meto siempre competencia interna. No necesitamos consultores. ¿O resulta que van a conocer más nuestro negocio unas personas que no lo viven día a día, como nosotros?”

“Lo importante es marcarse metas en la vida y poner toda tu alma en cumplirlas”
“Delegaba lo que no me gustaba, los temas fiscales, de finanzas y de recursos humanos. Y me involucraba en lo que me gustaba, la distribución y el producto. Ahora lo estoy pasando bárbaro con las obras. Antes venía los sábados y los domingos y hacía las colecciones. Ahora no diseño, desde hace unos años no estoy en las colecciones. Lo importante es marcarse metas en la vida y poner toda tu alma en cumplirlas. La compañía va muy bien porque cada uno tiene claras sus funciones”.

“El optimismo es negativo”
“Lo peor es la autocomplacencia. En esta compañía nunca nos hemos confiado. Yo nunca me quedaba contento con lo que hacía y siempre he tratado de inculcar esto mismo a todos los que me rodean. El optimismo es negativo. Las cosas son fáciles, rebuscamos demasiado. Hablar tanto es negativo… Hay que poner diariamente la organización boca abajo. Y hay que inventarse de vez en cuando una suspensión de pagos. El éxito nunca está garantizado”.

“Si he ganado tanto dinero ha sido porque mi objetivo no ha sido nunca ganar dinero”
“Si no hay crecimiento, una compañía se muere. Una empresa tiene que estar viva por la gente que tiene. El crecimiento, de fábricas, centros de distribución, tiendas, … es un mecanismo de supervivencia. Sin esa capacidad extra de activos no existe la flexibilidad. Los resultados no son tan importantes, nunca los miro. Si acaso, al cabo de tres o cuatro meses, Pablo (Isla, el consejero delegado), me los enseña. Lo que hacemos es innovar y no mirar los resultados. Si he ganado tanto dinero ha sido porque mi objetivo no ha sido nunca ganar dinero”.

La moda: “La calle es la gran pasarela”
“Nuestra inspiración no está solo en las pasarelas. Mi gran consejo a quien quiera hacer algo rompedor es que mire a la calle. Es la gran pasarela. Las demás, no me interesan tanto. La moda está en la calle. Zara no es moda gallega ni española, es moda (sin apellidos). Existe el mismo estilo de mujer en todos los Zara. Cada tienda Zara puede atender a un tipo distinto de cliente, pero en el caso de las mujeres, todas son la “mujer Zara”. Siempre seleccionas un estilo de mujer porque el mundo entero no sería posible”.

“No podemos fallar. El producto tiene que ser acertado”
“No podemos fallar. El producto tiene que ser acertado. Hay que potenciar la unidad entre el diseño y el área comercial. En diseño, el mundo copia a Europa. En un viaje a Japón vi lencería de color azul y roja. La intenté copiar. Un suizo me trajo los bordados y aún tengo todo el almacén lleno. La ropa es universal y el cliente también es universal. No diseñas para 84 países, diseñas un vestido para 84 países. No es tan complejo”.

“Comprar un local caro jamás ha sido un fracaso. Lo barato es un fracaso”
“Nadie invierte tanto en distribución como nosotros. El dinero hay que ponerlo en la tienda, que es la marca. Siento que respiro a través de las tiendas, que son el corazón de Inditex. Jamás comprar un local caro ha sido un fracaso. Lo barato es un fracaso”

“Lo que más nos ha ayudado a tener éxito de venta es que a diario recibimos la información de lo que está ocurriendo en las tiendas de todo el mundo”
“Desde siempre me ha gustado sentarme entre los más creativos y escuchar lo que proponen… Me gusta mucho escucharles. Quiero estar de un lado a otro del edificio para mantenerme muy al día de lo que ocurre. Cuando una persona llega de nuestra tienda de Shanghai, siempre le pregunto qué se vende, por qué y cómo. Lo que más nos ha ayudado a tener éxito de venta es que a diario recibimos la información de lo que está ocurriendo en las tiendas de todo el mundo. El consumidor es el que tiene la palabra, con más fuerza cada día, y nosotros hemos aprendido que es fundamental escucharle”.

“Quiero soluciones inmediatas a los problemas”
“Quiero soluciones inmediatas a los problemas: si hay que viajar hoy, no importa. Hay que llamar a las cosas como son: al pan, pan y al vino, vino. Lo que vale hoy no tiene por qué vale mañana, lo más probable sea que no sirva para nada”.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LAS REDES SOCIALES

1 No hacer de las redes sociales un diario de vida
Si tu vida y la de tus amigos se puede ver y leer a través de las redes sociales y vuestros perfiles se han convertido en un escaparate en el que enseñáis muchos más de lo que os gustaría mostrar, quizá no sea muy aconsejable dar cuenta por escrito o por imágenes de borracheras, líos de una noche o infortunios de la higiene personal, aunque sólo sea por admiración al consagrado Zuckerberg.

El concepto de ‘demasiada información para procesar y digerir’, encuentra su paradigma más ilustrativo en muchos perfiles de redes como Facebook, ya que hay acciones compartidas que pueden llegar a ser muy embarazosas, tanto para el que las publica como para el que las recibe. Lo mismo ocurre en aquellos casos en los que se da cuenta de todas y cada una de las rutinas diarias, pensamientos y estados de ánimo por los que pasa una persona a lo largo del día. ¿Realmente nos interesa saber lo que están haciendo y ‘sintiendo’ los otros en todo momento?

Pero ésta realidad no sólo es palpable en plataformas como Facebook, los fanáticos de Instagram pueden llegar a ser sumamente molestos cuando les da por subir a sus cuentas de Twitter todo lo que están haciendo, viendo, comiendo o visitando. ¡Que no cunda el pánico, podéis guardaros algo por el bien de vuestra intimidad!
Y luego están esos papás y mamás tan felices y ñoños con la llegada al mundo de su vástago que no son capaces de reprimir el irrefrenable impulso de detallar a través de Facebook y Twitter todas y cada una de las interacciones que realiza su querido y admirado bebé, de verdad que no es necesario subir una foto o un tweet cada 4, 5 segundos de los ‘grandes progresos y monadas’ de vuestra criatura.

2 No es necesario comentar todas y cada una de las noticias
Muchos consideran que las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación más, y en el caso de Twitter puede que se acerque bastante a la esencia de un medio de comunicación. Pero muchos usuarios confunden ésta nueva realidad con el hecho de demostrar en todo momento su forma de pensar a través de la difusión de noticias, columnas de opinión y demás informaciones publicadas por determinados medios. Quizás, al resto de la gente no tiene por qué interesarle nuestra forma de pensar o nuestra tendencia política.

3.    Cuidado con dar rienda suelta a nuestra ira

Ciertamente, ni Facebook, ni Twitter son una alternativa muy aconsejable a la psicoterapia, todos necesitamos desahogarnos pero por muy pocos seguidores que tengamos al final el contenido de lo que publicamos acaba teniendo repercusión por escasa que sea.

4.    De usuarios a pregoneros

Cada día se publican en Internet toneladas y toneladas de información, por lo que si cualquiera de nosotros quiere saber el resultado de un partido o el transcurso de un acontecimiento seguramente se informe a través de la prensa, ya sea generalista o especializada, y no a través de los datos de los que se han hacen eco el resto de usuarios. Por lo que no es necesario retransmitir un partido o un suceso como si las redes sociales fuesen un micrófono.

5.    No más gurú

A pocos les gusta leer los dichos que dejaron como frases lapidarias los grandes genios de la humanidad, una frasecita de vez en cuando se agradece, pero continuamente…¡no gracias!

6.    No hace falta presumir ni de seguidores ni de tweets

A esos narcisistas por excelencia empeñados en gritarle al mundo que han llegado a los 600 seguidores y a los 1.200 tweets, cómo si constituyera el récord mundial de los 100 metros lisos, les recordamos que tal vez esa sea su meta de vida, pero que por mucho que se empeñen, no les van a dar un oro olímpico por ello. Es más pueden hasta perder seguidores por lo pedantes que pueden llegar a ser, o sino que se lo pregunten a Kim Kardashian.

Aquellos que presumen de cuántos ‘amigos’ tienen en las redes sociales, en muchas ocasiones inflados artificialmente, porque todos sabemos que existen herramientas para alterar los resultados, puede dar la impresión que tanta presuntuosidad intenta en realidad ocultar una carencia social.

7.    La fiebre del Community Manager

Desde que se desató la moda Twitter, posterior a la locura de Facebook, salieron súper expertos en redes sociales de hasta debajo de las piedras, y el sueño de ser astronauta o bombero se apagó para dar paso al ‘de mayor quiero ser Community Manager’. No obstante, al final se ha convertido en una ‘habilidad’ sobrevalorada, contaminada por el mal del spam y forzada por clichés baratos.

8.    Programación automática de cuentas personales

Estar presente y ser activo en todas las redes sociales puede llegar a ser agotador y una tarea casi imposible si vamos con el tiempo justo a todas partes, pero mucho cuidado con el hecho de generar mensajes vacíos de contenido o repetidos sólo por no perder presencia, porque puede ser realmente pesado.


9.    Mensajes ilegibles

Vale que 140 caracteres es un límite muy ajustado para transmitir algunos mensajes, pero recuerda que las vocales, al igual que Teruel, ¡existen! Y que en el mundo ya existen suficientes lenguas exóticas como el suajili como para inventar otras…sí va por los que inconscientemente y sin estar de coña nos regalan perlas (totalmente convencidos de que están patentando un idioma) como ‘lA ShúLakA rOnehAnte y shú PremÉkhÓ’ o la legendaria de ‘sI Er mOrEnÖ te vAsSilah tu tE cAyaH y lo aShiMilÁ’.

10.    Fotos para no olvidar

Y por último, no más imágenes de morritos, espejos y abdominales inflados, o hasta Gutenberg se reirá en su tumba.


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