Cabaret de l´Enfer

 

Cabaret de l´Enfer
Es un barrio de hospitales, prisiones, manicomios, como un centro de experimentación para Michel Foucault en tamaño real. No es un barrio alegre. Sobre él parecen flotar todas las desgracias encerradas tras tan largos y altos muros, una energía negativa se desprende, que no ha disipado la nueva construcción, antes al contrario. No es casual que hubiera una rue d’Enfer, del Infierno, hoy desaparecida bajo, ¿azar, casualidad toponímica municipal? la plaza Denfert. No muy lejos está aún el Passage d’Enfer, junto al cual vivió César González Ruano, en el 23 de la rue Campagne Prémière, Montparnasse, traficando con pasaportes y visados falsos para judíos que escapaban al holocausto. Un buen nombre para este personaje.

Oscar Dominguez (Pintor):

A partir de 1942 se instala en el número 23 de la Rue Campagne Premiére, en un estudio que anteriormente había pertenecido a César González-Ruano. “Era un bonito estudio cuyos ventanales daban al Passage d`Enfer, que tanto gustaba a Rimbaud.

Se lo dejé en 1942, aunque Óscar no abandonó nunca, por supuesto, otro estudio medio secreto, pobrísimo pero de gran historia, en el mismo Boulevard Montparnasse. Se refugiaba a veces días enteros sin que nadie supiera dónde estaba. Allí tenía el gramófono humano, alguna máscara negra y mucho polvo.”

 Libro de Mario Carreño

Testigo de un Mundo Amenazado

Suicidio de Domínguez

Después de algunos años, cuando yo vivía en Nueva York, recibí muchas cartas de Domínguez, contándome lo mal que se había quedado Paris después de terminada la guerra. Sin embargo, siempre me invitaba a que volviera, pues ponía a mi disposición un nuevo taller que tenía en la calle de Campagne Premiere. Varias veces me demandaba que visitara a Mrs. Peggy Guggenheim para que le pagara uno de sus cuadros que ella le tenía a comisión. También a otra señora llamada Lee Miller.
Me hablaba de un trabajo que realizó, una decoración mural para el "Centro Psiquiátrico" del Hospital de Santa Ana, Charanton, Francia.

Bueno, indiscutiblemente que su vida era muy movida. Había descubierto una técnica para su pintura que llamaba "De calcomanía sin Objeto". Además, hacia grabados en "Aguafuertes", esculturas y otras técnicas.

Posteriormente se caso con la Duquesa de Turmoral, que según sus cartas le había convertido su vida en una pesadilla. Esta señora quería que Oscar estuviera casi constantemente en trajes de etiqueta, con frac y smoking.

No había dudas que conociendo el carácter de Domínguez, andaba por un camino equivocado.

Finalmente su pintura perdió sus fulgores y poderes mágicos que eran característicos de su paleta tan desordenada pero tan vital y poderosa, hasta que el día 31 de diciembre de 1957, cuando todos sus amigos se preparaban para celebrar el día de fin de año, se suicidó abriéndose las venas, en la tina de baño de su atelier.