Ellos son los iluminados
encargados de poner
cadenas al mundo
y convertir a la raza
humana en sus esclavos.
Ellos se visten para la
ocasión
y van bien arreglados
comparten mesa y mantel
con los que comen más con
los ojos que con las manos.
Los oigo cuando anuncian
más pesar para los
trabajadores y parados
al tiempo que fortalecen
sus lazos
con los banqueros y
empresarios.
Calculan al céntimo
cuando se habla de dar
trabajo
y su codicia es tan
grande
como la anchura de sus
espaldas y manos.
Hablan de ti y de mí
y acostumbran a medir
nuestros pasos
a esas horas en que
dormimos soñando
con un mundo para todos
más sensato.
No hay regla para medir
su codicia y talante
despiadado
y para ello eso siempre
llevan en sus bolsillos
talonarios con que cerrar
los tratos
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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