El agua también come
su voracidad es tremenda
y sus muelas trituran hasta los grandes peñascos de las sierras
es por eso que no podemos engañar a la naturaleza
construyendo en los barrancos viviendas,
desviando cauces de ríos,
destruyendo las grandes selvas,
quemando bosques,
adentrando en el mar espigones
como si fueran lanzas hundidas en el corazón de la madre naturaleza,
desviando las tormentas
hacia allí donde a los gobiernos les interesan.
El agua es necesaria
y por ello con ella no se juega
construyendo diques, pantanos y artificiales fronteras
para usos impropios
pues con ello sometemos a determinados pueblos a desgracias eternas.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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