martes, 31 de diciembre de 2013
POESÍA: FEDERICO GARCIA LORCA, POETA PARA EL RECUERDO
Federico Garcia Lorca murió
entre remordimientos
de quienes le querían y vieron como se lo llevaba un cuervo negro
y los que dejaron que se fuera como si fuera un estornudo del viento.
A todos ellos
que Dios les perdone por lo que no hicieron
y que envíe, si todavía no esta, a los infiernos
a todos aquellos que apretaron el gatillo
o dieron la orden de ¡fuego!, ¡ya! y recojan los cuerpos.
Salvajes alimañas recorrieron el cielo y la tierra de una España acostumbrada a sufrir
y padecer lamentos. Será por eso
que no hay siglo en la historia de España en que algún militar de rango superior a sargento
no se haya revelado con quien es de ellos como su madre y padre, para lo malo y bueno.
Se equivocó Federico en su salida de aquel Madrid, libre, aunque casi cogido del cuello
y lo hizo
buscando el cobijo de los suyos,
y por irse lejos
se quedó tan cerca de la primera línea de fuego
que se lo llevó un día una cuadrilla de asesinos a sueldo
para pegarle tantos tiros que se perdió la cuenta al tercero.
Nada queda
que no sean remordimientos
y lamentos.
Nada queda de aquello,
ni el lugar en concreto
donde puede reposar el cuerpo
de Federico García Lorca, nacido en Fuentevaqueros.
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