No miré al pasar
la tierra de la cual comí
y sacié mis hambres de pensar
pues todo me daba igual.
Todo es
y todo será
del color que se miré
y de lo que den los demás.
Llegué para descansar
no de las heridas de la guerra
sino de las cornadas mortales por necesidad
que dan los seres humanos
a lo menor oportunidad.
Todo es
y todo será
del color que se miré
y de lo que den los demás.
Víspera de fiesta
bajo la parra del corral,
cerca de un manzano que da frutos
del tamaño de una bola de billar,
descanso eterno
con lectura incluida de "Cien años de soledad"
Todo es
y todo será
del color que se miré
y de lo que den los demás.
Ruidos extraños
al pasar
alguien gritando
que en la plaza está
el barbero que ha venido adrede para ventilar
alguna cabeza y rasurar
la barba de un quinto
que al servicio militar se va.
Todo es
y todo será
del color que se miré
y de lo que den los demás.
Hablo de Pinarejo
patria inmortal
de arrieros y campesinos,
mozas de muy buen mirar,
mujeres de su casa,
ancianos cansados de trabajar,
curas con sotana,
guardia civiles a caballo
y con tricornio ceñido como dedo al dedal
y maestro de mayores
y de menores maestra que solía cantarnos sin cesar
"al corro de la patata"
y jugar " a la gallinita ciega"
y volver a cantar "que llueva que llueva"
y no llovía, que yo recuerde, jamás.
Todo es
y todo será
del color que se miré
y de lo que den los demás.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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