domingo, 12 de enero de 2014

POESÍA: LAS ENTIDADES DE CRÉDITO Y NUESTROS DINEROS


Una raya en el suelo marca hasta donde puedo llegar.
Espero.
Todo marcha bien
delante de mi se mueve el dinero.
Es tan poco lo que quiero
que ni pienso
en aquello
de vuelva usted mañana
que por hoy se acabo el crédito.
Él, es cajero.
Ella, la mujer que está delante de mi,
clienta de una entidad de crédito
de esas donde los Consejos de Dirección hacen lo que quieren
con tal de  llegar a determinados acuerdos.
Oigo gracias y pienso
que ahora me toca a mí
dar un paso hacia delante
y enfrentarme al toro por los cuernos
Cruzo la raya y me detengo.
Cojo la cartilla y la dejo
en una ventanilla medio de cristal medio de hierro.
¿Qué quiere?
Me pregunta el cajero.
Dinero - contestó
¿Cuanto?
Con 50 euros me arreglo.
La cartilla se pone en el ordenador
y el cajero menea los dedos
sobre un teclado que solo entiende de cifras y de nombres concretos.
¿Cómo los quiere? Me pregunta el cajero.
En billetes de 20, dos y uno de diez, a ser posible. Le recuerdo
De acuerdo. Contesta el cajero.
En la ventanilla medio de cristal y de hierro
el cajero deposita la cartilla y los cincuenta euros.
Recojo todo y me despido. Adiós
y se oye una respuesta. Hasta luego.
Cuando cruzo la raya de retorno a la calle
recorre mi cuerpo, un frío inmerso
pues se da el caso de que en este tipo de entidades dedicadas al saqueo
han dejado a más de un anciano
con la soga en el cuello
con aquello
de compre preferentes
que nosotros le pagaremos intereses al 5%

Autor: José Vte. Navarro Rubio

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