A una avenida llamada de Antonio Almela,
antigua carretera,
que cruzaba l'Alcúdia
como una recta que se seca
donde se acaba el papel de una libreta.
Llegaron las noches de fiesta,
y el vivir de las gentes entorno
al pueblo que les aprieta
para poder decir con gran entereza
que lo del más allá, al otro lado de la carretera,
nacional para más cuentas,
es algo que está muy cerca.
La avenida se muestra
como un florido vergel
de árboles que en los montes se encuentran
y si por ella paseas
a tiempo estás de decir
cuanta belleza
la de este pueblo santo y seña
de toda esa Ribera
que entre hijuelas, ríos, afluentes, ramblas y barrancos
con sus campos floridos cual lienzos de Sorolla
espera,
como todo en la vida
a que llegue la primavera
con sus ruidos a naturaleza que comienza a destapar sus bellezas.
¿Y de Antonio,
aquel Almela Samper,
con tantos mapas y estudios sobre su cabeza
que lo que ante nosotros se muestra
con solo abrir los ojos a la naturaleza
en el era,
algo más, llamado estudio y ciencia?
Antonio Almela vive
en las grandes enciclopedias
a tiempo de que alguien se acuerde de su grandeza para con estas tierras.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
Don Antonio Almela y Samper fue Director del Instituto Geológico y Minero de España.
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