En un callejero
su nombre suena
como ángel caído del cielo
a libertad y lucha
contra quienes segaban la voz del pueblo.
Con su muerte
el desconsuelo
de quienes veían en él
al ser noble
que llevado de los buenos vientos
pedía en Estocolmo con una hucha
dinero
para devolver la libertad
a los presos
de una España con rejas
a las libertades que se respiraban
en el extranjero.
Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio
El 28 de febrero de 1986, Olof Palme fue asesinado en Estocolmo al salir del cine, al que había acudido sin escoltas junto a su mujer, Lisbet. El asesinato del primer ministro y líder socialdemócrata conmocionó a la sociedad sueca, y en gran medida a la opinión pública mundial, toda vez que Palme era un reconocido defensor del Tercer Mundo en Occidente, y un hábil hombre de Estado comprometido con las causas democráticas y sociales del continente. Mítica es la imagen que nos lo muestra, ya como primer ministro, en las calles de Estocolmo con una hucha y un cartel en el que pedía dinero para los represaliados españoles que luchaban contra Franco.
El caso Palme es en Suecia algo más traumático y de actualidad que el asesinato de Kennedy en EE.UU. Incluso hoy en día siguen publicándose artículos y ensayos connuevas teorías sobre quién, cómo y por qué mataron a Palme, e incluso aún permanece un equipo de doce inspectores de policía trabajando en el caso.
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