¿Quién te ha visto
y quién te verá?
por ello eres digno
de degustar,
por el grano
que se deshace en el paladar,
por los aromas
fáciles de identificar
por lo que llevas
carnaza de uva con sabores fáciles de identificar,
por la sencillez,
por la humildad
de ser caldo de las tierras que solo saben germinar
cepas que dan frutos sabrosos para el paladar.
Autor de la poesía: Jose Vte. Navarro Rubio
Pruno 2013 continúa la racha que inició en 2010 cuando fue considerado por Pruno 2013 continúa la racha que inició en 2010 cuando fue considerado por Robert Parker como el mejor vino español de la historia por menos de 20 dólares. Desde entonces, el crítico norteamericano ha seguido otorgándole 93 puntos a cada una de las añadas que se han lanzado de este “pequeño” Villacreces. Este idilio también le ha llevado a engrosar su lista de best-buys.
En este caso, en el artículo publicado durante este verano en The Wine Advocate, ha sido Pruno 2013 el que ha recibido los 93 puntos,
además de algunos comentarios que confirman la predilección del crítico
norteamericano por este vino ribereño. De hecho, el propio Parker
confiesa que “está enamorado de Pruno”, al que le sorprende también por
ser un vino de apenas 20 dólares (10 euros en España) que “ofrece mucho
más de lo que cualquier se podría esperar”.
Desde que Finca Villacreces lanzara al mercado Pruno, la obsesión de
la bodega ha sido el de democratizar y facilitar al consumidor el acceso
a grandes vinos a un precio comedido. Para ello, Pruno se comercializa mediante un sistema de reparto que
garantiza una amplia distribución geográfica y evita la especulación y
el consiguiente aumento de precio, pese a que la demanda supera al
número de botellas elaboradas. El PVP de Pruno 2013 es de 10,80 €. como el mejor vino
español de la historia por menos de 20 dólares. Desde entonces, el
crítico norteamericano ha seguido otorgándole 93 puntos a
cada una de las añadas que se han lanzado de este “pequeño”
Villacreces. Este idilio también le ha llevado a engrosar su lista de
best-buys.
En este caso, en el artículo publicado durante este verano en The Wine Advocate, ha sido Pruno 2013 el que ha recibido los 93 puntos,
además de algunos comentarios que confirman la predilección del crítico
norteamericano por este vino ribereño. De hecho, el propio Parker
confiesa que “está enamorado de Pruno”, al que le sorprende también por
ser un vino de apenas 20 dólares (10 euros en España) que “ofrece mucho
más de lo que cualquier se podría esperar”.
La Bodega Finca Villacreces
Historia
Los primeros datos bibliográficos sobre la existencia de esta finca a
orillas del Duero pertenecen a su primer poblador, el fraile
franciscano Pedro de Villacreces, de quien toma su nombre. Junto a él,
un grupo de clérigos, entre los que se encontraba San Pedro Regalado,
patrón de Valladolid, se estableció en aquel privilegiado páramo para
dedicarse a la oración y al cultivo de la tierra, en la que se contaba,
ya, con un pequeño viñedo para su propio consumo y el de los monasterios
cercanos.
Durante varios siglos, Villacreces fue centro de retiro para
eremitas franciscanos dedicados a la reflexión y la penitencia, así como
al trabajo del campo y la observación de la naturaleza. Con la llegada
de la desamortización de Mendizábal, en 1836, estas tierras pasaron a
manos privadas, en concreto, al marquesado de Teodosio Alonso-Pesquera,
senador del reino con Alfonso XIII, quien poco después otorgaría una
concesión real por la que Finca Villacreces dispone derechos sobre el
agua del Duero.
El II Marqués de Alonso Pesquera fue quien vendió esta finca a
principios del siglo XX a la vallisoletana familia Cuadrado, quien
utilizó la finca agrícola como zona de recreo, alojando, a su vez, a
ilustres invitados. Uno de ellos, Peter Sisseck utilizó la bodega y
parte del viñedo para elaborar su Flor de Pingus.
En 2004, tras una larga búsqueda por toda la Ribera del Duero,
Gonzalo y Lalo Antón, quienes ya contaban con bodega en Rioja (Izadi) y
en Toro (Vetus), conocieron a la familia Cuadrado. Pedro Cuadrado les
dejó entrever su interés por ir desvinculándose del negocio vinícola y
buscar un relevo para la finca, oportunidad que aprovecharon para
adquirir una de las fincas más espectaculares de la Ribera del Duero.
Tras la remodelación de la bodega y un concienzudo trabajo de
recuperación del viñedo, Villacreces se volvió a inaugurar en 2007.
Viñedo
Villacreces se extiende por una finca de 110 hectáreas, 64 de ellas
de viñedo, asentada sobre un meandro del río Duero, en pleno corazón de
la Milla de Oro de la Ribera del Duero. Este viñedo está dividido en 15
parcelas de las variedades tinto fino, cabernet sauvignon y merlot, que
se entremezclan con un pinar centenario de gran valor medioambiental y
paisajístico.
Finca Villacreces, surge, así, como un viñedo único, condicionado
por la diversidad de suelos donde se encuentra plantado, que van desde
áreas extremadamente arenosas cerca de los pinos, a terrenos muy
pedregosos donde predominan los cantos procedentes de la deposición
aluvial del Duero. La pobreza del terreno garantiza, de forma natural,
bajos rendimientos que rondan los 4.000 kg/hectárea.
Finca Villacreces se haya plantada a 700 metros de altitud sobre el
nivel del mar y es objeto de un clima extremo, con grandes oscilaciones
térmicas, inviernos largos y veranos secos con baja pluviometría. Sin
embargo, el bosque que envuelve la finca le provee de un microclima
especial que protege al viñedo de las circunstancias climáticas más
agresivas.
En Finca Villacreces se busca una viticultura enfocada a la calidad,
donde el viñedo se autorregula hasta limitar la producción a menos de 2
kilos por cepa. A su vez, estos viñedos son cultivados siguiendo
criterios de viticultura integrada, donde se controla y preserva la
propia condición natural de la vid para obtener vinos con la
personalidad y tipicidad propia y única y de Villacreces.
Bodega
En el centro de la finca, la bodega está construida para preservar
su entorno natural, a la vez que garantiza un control exhaustivo en la
gestión de cada detalle del proceso de elaboración de los vinos de
Villacreces.
El proceso comienza con la recepción de la uva en una mesa de doble
selección. Primero en racimo, de forma manual, y, posteriormente, por
grano, con un sistema denominado mistral que separa las bayas
dependiendo de su calidad con un ventilador de aire.
Cada parcela será elaborada por separado, por lo que Villacreces dispone
de pequeños depósitos de doble pistón para favorecer el bazuqueado
automático en la fermentación, así como tinas de madera para la
vinificación de algunas parcelas concretas.
Las diferentes estancias, que albergan barricas de roble francés de
las mejores tonelerías, serán testigo del envejecimiento de los vinos
Pruno, Villacreces y Nebro, bajo el sosiego y la tranquilidad de una
bodega en un entorno natural único.
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