El frente,
el tiempo justo
para beberse un chato de vino,
tinto,
con la esperanza puesta
en el puente,
de los franceses,
así denominado aquel artilugio
mientras a lo lejos
el Garabitas
queda circunscrito
a viejas historias,
quizás dichos,
que un joven por aquellos días,
16 años y ningún oficio,
hoy cuenta,
casi único,
como si el mundo solo fuera
la pólvora quemada,
el olor a sauco de tallo fino,
que solo llega
en esos minutos
en que uno,
padre casi espíritu,
se viene
en mitad
del océano de su mundo
a contar con la voz de quien solo sabe que esta vivo.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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