su textura
su pulida piel, su sabor.
El caqui en la boca
que, no,
la manzana, que, no,
el melón.
La hoja caída
el esqueleto sin flor,
trepa, asciende, poco a poco, por el tronco
del caqui
un caracol.
En la huerta
tupido el suelo
toma del caqui
su color,
extensa alfombra
que en las huertas donde en otros días el naranjo creció
hoy es del agricultor
esa razón
para seguir pensando que no todo se acabó.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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