No vi en la ventana a la doncella,
no vi a la madre
de tantas guerras,
no vi a la ama de llaves
tejiendo una camisa de perlas,
no vi a mujer alguna esperando al hombre que se fue a una guerra.
Las palomas
solo ellas
esperan
el sol de los inviernos
sobre sus plumas casi esteraS.
Por la escalera
subiendo
sentí
casi una pena
esta era
la de siempre
aquella
que crece y no cesa
cuando se siente, ella,
la pena,
tan llena de valor
que en su interior almacena
los recuerdos
que a uno le llegan
cuando se sabe
al igual que esas piedras
testigo de una historia que nadie recuerda.
Autor: Jose Vte Navarro Rubio
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