en un día como hoy
de lluvia leve
lamiendo con su lengua
las calles,
decir lo que sientes.
Quizás sea lo más importante
sentarse
junto al fuego
para calentarse,
y atizar las brasas
para que derramen
el oro de su cuerpo, toten.
En estas tardes
de perros
lamiendo sus penas
uno se siente
tan callado
y tan distante
que las horas se hacen
lentas, apacibles y amables
Autor: Jose Vte Navarro Rubio
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