Volví al lugar exacto de la caída,
la de Roma fue más conocida,
la mía solo es eso que se puede llamar mala pata,
si así se estima.
En la oscuridad palpita
el corazón del deportista
en pos de su meta,
así algunos alcanzaron medallas Olímpicas,
yo solo aspiro a terminar el día
tal como comencé sin prisas.
Sobre el suelo el cuerpo,
sufre el impacto la clavícula,
Adan y Eva y una costilla,
se cierre el círculo
para que no se diga que la obra de Dios no cautiva.
Si la suerte es romperse solo la clavícula,
yo invito a la suerte
a que me siga,
con ella cogida de mi mano volveré otra vez a programar otras caídas.
Kilómetro "0" comienza la aventura,
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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