¿Y si no fuera aquello
la perversión del deseo?
Tras lo que los ojos ven
hay encuentros
de la luz
con aquello que se llama entendimiento,
el músculo ejerciendo
su oficio de administrador de esfuerzos
y el ojo temiendo
que la luz de sus pupias
no sean solo un reflejo
de lo que otros sienten
y de lo que en él ha muerto.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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