y apagada sonrisa
que haces
ya la tarde
con sus tropeles de nubes
anunciando una noche oscura?
¿Es lo tuyo una muerte repentina?
Y así uno se deslumbra
con la tranquilidad que entra
a través de una ventana
de paredes blanquecinas,
interior de barro
de paja seca hechas sus costillas,
la casa se resiste a una muerte que se anuncia
así la noche no viniera,
así los días fueran barras de mantequilla
en la boca de un niño, blanca y amarilla.
Vuélvete a los días
de siegas en los campos de esbeltas espigas,
con la plaza llena de transito,
mercado que anima
un agosto que se rompe en sílabas
cuando el calor aprieta
y del pozo de la Veguilla sale arenilla
Autor: José Vicente Navarro .Rubio
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