La "A"
es la amistad
compartida
algo así como un deseo,
la noche entre rumores
y en ella un millón de besos.
La melodía es la "B",
"belleza"
casi plena
de quienes hacen de su vida
algo más que una rutina
y llenan los aljibes de su existencia
con pasiones fuertes que no cesan.
Con la "C"
se construyen “castillos”
en el aire
tantos y más
que los de aquellas tierras
de Castilla la Vieja
en las que el frió
entra en las casas
y
duerme en ellas.
Vino la "D"
entre "dudas"
tantas o más
que las que tuvieron
notables hombres de las ciencias
en otros tiempos
negras
como la tinta seca.
De la "E"
digo
que es "España"
y con ella
historias que van y vienen
por mucho empeño
que se tenga
en poner el presente
como tiempo de carencias.
Fue la "F"
una "feroz" batalla
eterna
entre lobos
de una misma tierra
lanzándose cascadas
de sucios palabras,
todas ellas.
Es la "G"
la inicial de "guerra"
algo así como una historia fea
que nadie quiere en sus tierras.
Tengan presente que la "H"
es muda
como una palabra seca
y vale tan poco
como un “hilada” de piedras,
menos
que una antigua peseta.
Es la "I"
con su punto
algo así
como una “isla”
que impaciente espera
que vengan a ella
el rumor de las olas,
solo ellas.
Con la "J"
no se "juega"
no fuera
que ese demonio
que en todos habita
despierte
y
se entretenga
con quien siendo hospitalario
abre su casa
para que entre en ella
quien quiera.
No me gusta la "K"
por aquello de los "kilos"
de paja seca,
me gustan más las arrobas
y si estas son de vino con canela
bien digo
que vale
y mucho
la pena
saborear sus esencias.
Viene la "L" al caso
de la "leña",
de todas ellas
la de carrasca y seca
por ser
la que más calienta
si estás cerca de ella.
Con la "LL"
de "llanto"
se construyen
tristes poemas,
si no fuera por la tristeza
no hablaríamos de ella.
Tanto como la "M"
para enviar a algunos
a la "mierda"
y así quedar en paz
con uno mismo,
lo crean
o no lo crean.
Así es la "N"
de "navaja"
trapera
de buen filo
y
empuñadura
nueva.
Para cuando la "Ñ"
llega
ya dejó uno de ser "niño",
por atrás quedan
páginas de libros
que se llenan
de todo aquello que fue nuestra
existencia.
La "O"
de"opera"
habita
en la garganta serena
de un jilguero perezoso
que con la noche juega.
Sin la "P"
de "París",
no me digan
que no da pena,
Paris no existiría
por mucho que nos duela.
Paris
sin cigüeñas
Madrid
a tientas
Oporto
entre ríos de cerveza
así Lisboa
sea
solo eso
que de ella se cuenta.
"Que"
se yo,
si el "queso"
es de cabra
o de oveja,
tierno
o duro,
en aceite,
romero
por fuera
y en su interior
leche cocida
conviviendo con sabores
que dan pena.
Fue la "R"
de "Roma"
ciudad
en la que quedan
restos de un imperio,
un montón
de viejas piedras.
Si la "S"
es del "sábado"
el domingo llega
trayendo en su seno
descanso
y si se quiere
juerga.
Tan grande es la "T"
que sin ella
otra cosa sería “la tierra”
se quiera
o
no se quiera.
Fue con la "U”
de "uva"
tan dulce
que con ella
celebramos
algunas fiestas,
vino y uva,
manzanas y peras
todo es posible,
así se cierra
este poema.
Con la "V"
"vivimos"
y con ella
todos nos sentimos
sobre la tierra
seres vivientes que esperan
vivir siempre,
ójala,
así se pudiera.
La “W”
es
una silaba muy siniestra
aunque a veces
esta es su grandeza
sea apellidos de reyes,
en su nombre,
Wamba lo era
La “X”
es como una cruz
en una playa echando la siesta,
ya un millón de “equis”
en el fondo del mar
jugando a la gallinita ciega.
De la “Y”
se que es griega
y que por allí anduvo
como la “yenca”
entre los labios
de algún casi profeta
en una plaza vendiendo
enciclopedias.
Si es la “Z”
la sílaba de la cual hablamos
detrás hay un “zorro”
con grandes orejas
dientes como sierras,
y sonrisa lisonjera
comiéndose a una vieja.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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