En un septiembre de lluvias
en las alejadas costas de los mares de aguas calientes
llegan como si fueran las luces de los últimos faros
con sus lamparillas de aceite
y farero sobre los acantilados
contando las últimas olas,
sacando a pie del agua las maderas nobles
de aquellos barcos que vinieron a su muerte
lejos del puerto que los vio partir en otros días de cielos resplandecientes.
El humo de una pipa
se va hacia otras partes,
en la noche construye el humo
rascacielos enormes
que en el espacio de un faro reluciente
se eleva y llena los deseos de quien se sabe
allí en la alta torre
amigo de quienes por aquellos mares
desafían a un Dios que solo quiere
llevarse con ellos a quienes por dentro sienten
sabores amargos de bocados enormes
de las algas que buscan nuevos espacios desde los que expandirse.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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