sábado, 27 de octubre de 2018

POESÍA: MARCHA L'ALCÚDIA A MILLARES 2018


Una  nueva marcha
aulla sobre un roquero
en una alta meseta,
Millares como meta
XXIV van
y así como se cuenta
todas las que nos quedan.

En un wassap se apuntan
ellos y ellas
vienen como en la noche
las estrellas
para dar luz
en un cielo lleno de piedras.

Todo nace
Con esa paciencia
que Ricard pone
en todas sus empresas.
Ustedes digan
que yo llevo las cuentas
de las tallas y de las camisetas.

Pidan la talla que toque
no por tener más tela
abriga más la prenda.

Unos tras otros
los días se llenan
de nuevas altas,
las bajas también se cuentan
en ese Wassap
que rechina
como una flauta vieja.

Todo comienza
en una Noria
desde allí saldremos
con la casa a cuestas
camino de La Parra
todavía la noche serena.

En la laguna gorgotean
las lagrimas
de quienes hasta ella llegan,
fondo sin aristas
nace la hierba
sin saber si es mala o buena.

Pertecaste
si fue cueva
en mitad de una vereda
nadie sabe hasta dónde llega
todo sea
que en ella habiten vampiros
colgados como jabugos
a la espera de que se marche la seca.

La cañada Real de Castilla
por estas tierras se eleva
viene de lejos
y por ella
llegaba el ganado soñando con las parideras,

Por allí se encuentra
el Agujero del Tortero
la vereda del Pollet
y
la cueva de la “Güela”,
en esto los toeros son
amantes de la naturaleza
más que los conejos y las ovejas.

Adelfas y musgos,
líquenes
y entre hierbas,
cantos que si se escuchan
son de sirenas,
si usted los oye
corra entre las peñas
pues solo quieren
que te quedes con ellas.

Quedan las simas
allí donde estas se encuentran
la del Candil y pocas velas,
la del Serrano tan bella
y la del Campillo lamiendo una ladera.

Y llega el bocata
y llega
el alivio de la espera
junto a una fuente
de aguas tiernas
allí donde la naturaleza
toma el nombre de casi estepa.

Afloran por estas tierras abrevaderos
como niños en una escuela,
la del Chorrico y Cambra
y así se cuenta la de la Higuera
que nunca dio ni higos ni brevas.

Majalico blanco
al fondo se avista una sierra,
flores blancas
entre ellas la Cabrera,
comen hierba las cabras blancas
se alimentan
de la sal de grandes piedras.

Basa 9, Casa y Corral
y lo que queda
en el cielo hurracas
que van camino de otras tierras
y en la senda
pisadas de duras suelas.

La Ceja
sobre los ojos
sujetan
hasta las ideas,
quienes hasta ella llegan
ya puede estar de enhorabuena.

El Júcar sobre estas tierras
o es río que muerde
o charco que revienta,
¡ojala lo vean!
ya su ladera
a nuestras espaldas,
como si un sueño fuera
y quien sueña
águila volando sobre las peñas.

Un coche nos sigue
va con la primera puesta
no fuera el caso de que se cayera
por una cuesta,
en el Ricard lleva
de todo un poco
sobretodo mucha paciencia.

Ya sobre la derecha
de un río
que viene de otras tierras,
volaremos
si es que los humanos vuelan
entre pinos
y laderas,
entre ruinas
nos saldrá de la boca
un palmo de lengua
hasta allí donde se levanta una meseta.

Ya en Millares comenzará la fiesta,
sin tricornios,
en una vieja caserna
beberemos
agua o cerveza
y comeremos a pierna suelta
productos de la tierra,
embutido, panceta,
queso
y para no irnos con pena
algo más habrá sobre la mesa.

Seguro que Pep Cebrià
dice que con esta
se despide,
pero no le crean
así lo viene diciendo
desde la primera.

Y ahora si
el autobús no espera,
de uno en uno entraremos y saldremos
por una puerta
pensando en la próxima,
si es que esta llega.

¡Ojo al dato
y el día tres del once
no se me duerman!
que ya en la Noria
y la hora sexta en la esfera
del reloj
de la Catedral de la Ribera
a nadie se espera
por mucho enchufe que tenga.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

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