No se cierra
la página de un libro
para abrir
otra
y así olvidarnos de lo que leímos,
tenemos que
enseñarnos de lo aprendido
e impregnarnos
de las desgracias
de los
héroes anónimos
y usar de la
palabra
para trasmitir
lo que otros no quieren oír.
No
debemos ser piedra,
en el tiempo
piedra,
en el camino
piedra,
en la noche
piedra,
en los
abismos piedra,
en nuestros
zapatos piedras,
sobre
nuestras tumbas piedras
recordando
constantemente lo que no hicimos.
No debemos
dejar de ser
lo que con
el tiempo pensamos
que queríamos
ser,
más humanos,
menos
crueles,
más
solidarios,
menos amigos
de nuestros enemigos.
No debemos
cerrar los ojos
ni hacer
guiños
al que solo
quiere tu complicidad
para dividir
al mundo
entre
pobres y ricos.
Todo lo
demás no me importa,
aunque las
banderas
estén bañadas
en sangre,
porque esta
siempre es
la de
nuestras hijas e hijos,
no la de
ellos
defensores
de patrias
que se
inflan y desinflan
como globos.
Lo negro es
negro
y así se diseño y se hizo
como lo
blanco,
amarillo,
y cobrizo,
como el arco
iris,
mezcla de
colores
con los
cuales disfrutamos
siendo niñas
y niños.
¿Entonces
por qué odios?
¿Por
qué? me pregunto y digo.
Hay un vacio,
el de
nuestra existencia
que se puede
llenar
con las
piedras que no llevan nombre,
con
los apellidos raros
de aquellos
a los que escupimos
y
arrinconamos
con
silencios acunados
entre miedos
ancestrales
que nuestra
cultura nos trasmite
y que
algunos, los de siempre,
nos hacen
llegar
con twitters
y artimañas
como si
fueran parte de nuestro ser más íntimo.
Pero tú no
eres así
y aunque
nunca has subido a una patera
sabes que
tus hijos e hijas merecen lo mejor
que tú,
por ser
mujer,
tienes los
mismos derechos.
Que tu
hombre,
quieres
dignidad en el trabajo.
Que tu niño,
aspiras a emular
las hazañas de tus abuelos.
Que tu niña,
quieres ser
feliz sin más diferencias entre sexos,
y sin más
preguntas por ello.
Solo me
quedan ellos,
los
despreciables,
los juncos
que piensan
en función
de donde les viene el aire.
Ellos son los políticos,
algunos, con
nombres y apellidos,
casi Gestapo,
al servicio de nuevos poderes,
al servicio de nuevos poderes,
con no más
historia,
que llenar
sus bolsillos
y los de sus
amigos.
A ti, solo
esto,
ten cuidado
amiga y amigo
y antes de
pulsar un botón
lee su
mensaje y después decide
siempre
pensando en tus principios.
Autor: José
Vicente Navarro Rubio
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