viernes, 8 de noviembre de 2019

XXV MARCHA L'ALCÚDIA A MILLARES, UN AÑO MÁS PARA RECORDAR 2/11/2019

Resultado de imagen de millares albergue

I
Uno tiene la sensación que ha vivido
cuando  ve a la luna pasar
y a un sinfín de aves volar
sobre los campos de caquis
en un apartado lugar
donde esta historia vendrá a comenzar.

Es normal
que la noche esté acostumbrada a soñar
con ser duende errante,
ánima en pena
que se ve desfilar
por los espacios sin más.

Y en la noche
vestida de largo,
ya la claridad
apunto de despuntar,
en una mañana especial,
algo mueve a un grupo de senderistas que se van
camino de la Garrofera
en  busca de aventuras
sin pensar
que por detrás quedarán
caminos que se tardarán en pisar.

II
Más allá
de donde reina la oscuridad
con su paz
hay un mundo extraño
que se tiene que conquistar.

Los coches en fila
avanzan unos delante y otros por detrás
entre campos y caminos
sin asfaltar
hasta llegar
donde poder aparcar
para iniciar
una marcha que tardaremos en olvidar.

Aquí, pues, comenzará
algo que en la mente durará
el tiempo que cada uno quiera
y quizás
algo más.

III
Y después de mucho andar
llegamos
a una cueva muy especial
le llaman del Gos
no hace falta adivinar
que por allí anduvo un “can”
muy particular
cazando y viviendo de lo que la tierra daba y da.

IV
Se estira el grupo;
es natural
que unos vayan lentos
y otros a mayor velocidad,
todo es cuestión de pensar
que la recompensa llegará
al final
en un patio de armas
donde suele reinar una extraña paz.

V
En la Laguna
se puede divisar
un montón de montañas
y en mitad
del follaje que inunda el páramo otoñal
podemos escuchar
al aire ulular,
algo así como la voz rajada
 de quienes vivieron en el lugar
sin soñar
con otro cosa que no fuera disfrutar
de una grata tranquilidad

VI
Entre revueltas y subidas
y caídas casi en vertical
El Campillo nos resulta familiar
por aquello de que se abre
de par en par
y  nos regala  sin pesar
 su vergel singular
por el cual nos fuimos a caminar.

VII
La Font de Alba
es un bello lugar,
un remanso de paz,
al cual
si llegas tienes que parar
a almorzar
para después continuar
hasta la Ceja infernal
y así descender hasta tocar
las aguas de un río singular
que llega en su recorrido fraternal
a morir en el mar
después de atravesar
pueblos que le cantar al verlo pasar.

VIII
Casa y corral
¿y qué más?
una planicie singular
con sus charcos y caminos
con su tono singular
de sitio preparado para invernar
en cualquier covacha o gruta singular
abierta a la corriente de algún profundo manantial.

IX 
Ya en la Ceja
toca pensar
que hay que bajar
entre cantos rodados
y ramas que vienen a despeinar
a la luz del sol que cae sobre el lugar.

X
Y llegamos hasta el río Júcar
que se deja vadear.

Es real
aquello de que nos tenemos que mojar
si queremos llegar
más allá
de donde el agua no nos deja avanzar.

XI
Ya el río conquistado
trepamos
por una ladera que finaliza allá
donde un castillo nos dice al pasar
que hubo señor en el lugar,
vasallos
y quizás
derechos que causaron mucho pesar.

XII
Y ahora toca disfrutar
y es que cada cual
sabe de eso de yantar
tanto o más
que quienes afilaban cuchillos
por un  real.

 XIII
Ya en el autobús
vemos nubarrones que ascienden para tocar
los ásperos paisajes
que nos han servido para disfrutar de verdad.

La noche llega
otra vez a reinar
y lo hace con ganas,
con ese toque singular
de quien siempre a la misma hora suele pasar
camino de casa después de trabajar.

Y la noche invita a pensar
que de nuevo hay que regresar
para comprobar
que hay un lazo de identidad
entre la Ribera
y el pueblo ancestral
que acabamos de dejar atrás.

XIV
Y ahora a descansar,
buenas noches,
y al año que viene ya se verá
por donde llegamos a Millares
después de caminar
un buen trecho sin parar.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...