Si algo hay que decir sobre los barcos de vapor, a continuación se recogen dos de los muchos artículos que sobre este tema se han escrito y en ello la figura de Blasco de Garay y aquel año de 1543 en que se realizó un notable experimento.
ARTÍCULOS A LOS QUE SE CITA EN ESTE TEXTO:
Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón [Texto impreso] : escrita para darla a conocer al pueblo recordándole los grandes hechos de sus ascendientes en virtud, patriotismo y armas, y para difundir entre todas las clases el amor al país y la memoria de sus glorias pasadas Balaguer, Víctor - Libro - entre 1860 y 1863
Hay que hablar aquí, siquiera sea muy ligeramente, del ensayo hecho en el puerto de Barcelona por Blasco de Garay el 17 de junio de 1543. Si hemos de creer á Martin Fernandez de Navarrete, compilador de los viajes y descubrimientos de los españoles, Blasco de
Garay fue el inventor de la aplicación del vapor como fuerza par a
mover los buques, y este ensayo se hizo en nuestro puerto el día y
año citados. Es una realidad que Blasco de Garay inventó un ingenio para hacer marchar los buques sin vela ni remo, pero es preciso confesar, la verdad sobre todo, que el motor era una rueda
movida por hombres. Así se desprende de varios documentos y de
la misma carta de Garay al emperador dándole cuenta del mentó y diciéndole «que se verificó el 17 de junio en el puerto de
Barcelona, en una nao llamada la Trinidad, de 200 toneles, su capitán Pedro Scarza, en la cual, a fin de quitar todo estorbo y la
turbación que trae la novedad, colocó solo dos ruedas, una por
banda, y les dio toda la gente y algo mas, porque dio á cada rueda
veinte y cinco hombres, debajo de la puente á manera de escuadroncicos, quedando ancho espacio para pasar; lo que hizo buen
efecto, porque muchos bateles y barcos que iban tras ella se quedaban por popa, resultando andar casi legua por hora (1).» Aun
cuando sea doloroso renunciar á esta gloria, es preciso decir la verdad
(1) Así resulta de unos artículos publicados por D. Joaquín Rubio y Ors en los números 1 y 1 de
la REVISTA DE CATALUÑA. El Sr. Rubio ha escrito sobre este asunto con datos á la vista, con documentos originales y existentes en el archivo de Simancas. Mientras con otros documentos auténticos y
de tanta validez como los que él presenta no se destruya lo que de ellos resulta, deberá confesarse
que la invención del vapor no pertenece á Blasco de Caray. Véase también lo que dice Lafuente en su HISTORIA DE ESPAÑA.
Historia de los progresos sociales, o cuadros histórico críticos, filosóficos y estadísticos de las instituciones, la legislación civil y criminal, la industria ... [Texto impreso] Garrido, Fernando - Libro - entre 1868 y 1870:
Hablando de los descubrimientos y aplicacion de las diferentes
máquinas de vapor a la navegación, dice el autor de Las Maravillas
del arte naval, cuyo trabajo seguimos en esta materia:
Mucho tiempo antes de la aplicación del vapor á la navegación,
se había ensayado mover las naves por medio de ruedas puestas en
acción por efecto de la fuerza muscular de hombres ó de animales. Ya los cartagineses y romanos emplearon los barcos de ruedas de
paletas (1), y en el siglo XV encontramos esta misma fuerza empleada en embarcaciones de paletas, que servían para trasportar tropas de una orilla á otra de los nos. Hasta el siglo siguiente no se
ocurrió la idea de reemplazar los bueyes y caballos por el vapor. El primer ensayo fué hecho por un capitán español, llamado Blasco de
Garay, que aplicó por si mismo su invento en un buque de doscientas
toneladas, la Trinidad, en Barcelona y en presencia de elevados
personajes delegados por Carlos V ¿En qué consistía esta máquina?
Jamás se supo, pues Garay no quiso dejarla ver, y todo lo que ha
podido probarse es que tenia dos ruedas puestas en los costados que
funcionaban como remos, y que una gran caldera de agua hirviendo
formaba parte del encubierto aparato que los comisarios no pudieron examinar. La comisión se limitó ä hacer constar que la Trinidad,
provista del nuevo aparato, cambiaba de rumbo dos veces mas ligera que una galera ordinaria movida por sus largos remos: en
cuanto ä la marcha de la nave se vio que hacia al menos una legua
por hora.
Carlos V no supo sacar de la invención de Blasco de Garay mas
partido que tres siglos después Napoleón de la de Fulton.
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