No me suena
que los silencios
duelan más
que las palabras duras.
Los silencios
también encierran
en su alma primitiva
tesoros
que son
bocanadas de alegría.
Transitan por ellos
como si fuera
una trilla
letras mudas
retenidas en la garganta,
perdidas,
esperando que un pistonazo
les de la salida
para lanzarse
son muy competitivas
a una carrera larga que termina
allí donde los silencios
finalmente salen a la luz del dia
y respiran.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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