¡OJO CON QUITARSE LA MASCARILLA!

 Son tiempos de sensatez, al menos eso pienso yo. La sociedad civil, esa con la que convivimos a diario y a la cual nos debemos en todo aquello que nos hace más sociables, es en términos generales sensata, pero tengo que decir que hay una parte de ella que anda distraída y que atiende al ordeno y mando venga de donde venga de una forma rigurosamente y endiabladamente obediente sin atender a otro tipo de razones que no sean otras que cumplir con sus deseos. Hay que tener en cuenta, en esto que estamos hablando, que a veces los deseos están reñidos con la razón y con lo que la ciencia pura pudiera decir sobre este tema de la pandemia, en lo que se refiere a como se propaga y que medidas hay que tomar. Parece ser que el hecho de que la selección de fútbol se haya clasificado y que al mismo tiempo haya bajado el IVA de la luz y eliminado la obligatoriedad de llevar permanentemente la mascarilla sirviera, cual bozal puesto a los burros, para desviar unas decimillas la intencionalidad del voto.

Queridos amigos y amigas estamos en un mundo donde todo se mide por la intencionalidad del voto y estamos en un mundo donde los votantes cada vez más se dejan llevar por esos que salen a la calle a propagar odios innecesarios, por ahí tenemos al señor Casado que ha cambiado de imagen más que cambia un ladrón de traje, propagando odios que solo pueden existir en la mente de alguien que vive sentado sobre una silla y no quiere que nadie se la mueva. Tengo que decir que lo de Cataluña es algo que nos viene heredado y como todas las herencias mal avenidas terminan pasando factura. Solo pido consenso, paciencia y que unos y otros se miren el ombligo. 

Por favor quítense las mascarillas cuando no sea necesario llevarlas, pero no porque lo diga la tele, sino porque cerca de ustedes no pasa un río de personas desnudos de cuello hacia arriba, con cara de felicidad. 

Buenas mañanas tenga y queden con Dios que yo quedo servido con poderles escribir algo, aunque nadie lo lea.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

encias que no se liquidan terminan pasando factura. ya está bien de calentarnos el tarro