Día de San Juan y tranquilo, ya el indulto concedido, la Selección Española resucitando del letargo primaveral en el que se encontraba inmersa, el IVA de la luz bajando y el sol encima de uno animando a salir a la calle aunque solo sea para pasear.
Y es que todo es más sencillo de lo que parece y aunque solo sea por llevar la contraria muchas veces la naturaleza de una forma fortuita se alía con lo que le viene en gana para llevar la contra sobre todo a los políticos. Los hay que viven en un mundo aparte y que se mueven por sondeos y que hacen de la política un instrumento para seguir persiguiendo sus ambiciones. En este mundanal planeta tierra, sobre él perviven como si fueran especies superiores, de su clan, aquellos políticos que una vez pasados sus momentos de gloría continúan desde los medios de comunicación intentando influencias a los ciudadanos. Pensarán, creo yo, que continúan disfrutando del carisma de las masas y que sus palabras casi siempre llenas de lo mismo, pueden llegar a generar simpatías e influencias. Pero se equivocan todos ellos y ellas, una vez perdido el poder se les ve como personajes grotescos, algo así como idos, persistentes en mensajes que causan risa. Hablar de patria a estas alturas causa risa; la patria para ellos son los presupuestos y las influencias que se pueden ganar con su distribución y si hablamos de ese poder del cual ellos se erigen como cabezas pensantes de la estructura a la cual se debían solo decir que no existe y que si por algo lo que pregonan tiene resonancia es por que a alguien le interesa, casi siempre interesa a los oponentes, que ven en este tipo de actuaciones algo así como torpedos submarinos lanzados contra el corazón del partido político al cual sirvieron en sus años de miembros destacados. Buen descanso abueletes de la política nacional, vivan ustedes de los recuerdos y de lo que cobran del estado y de las organizaciones a las que se deben así como de las compañías de las cuales son miembros destacados de sus juntas de gobierno y olvídense, por favor, de la patria y de la bandera a la cual si quieren servir de forma positiva en están haciendo un flaco favor.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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