Cada cosa tiene un valor,
un precio,
cada cosa que se mueve
me obliga a escribir sobre ello,
así el cartero que pasa
y no deja una carta
porque falleció su dueño,
el niño que llora
camino de una escuela
que para él es una cárcel
con sus carceleros,
la ambulancia que pasa
sin sonar,
al menos,
es una esperanza
el saber que no lleva
a nadie dentro enfermo
y así me descuelgo con este poema
de tinte oscuro sin llegar a negro
que se puede convertir sin bien se pinta
en un azul ligero.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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