Y miré hacia el mar,
en un segundo tendrá
millones de miradas
y cada una de ellas
irá a lo suyo,
la mía busca
aquella sonrisa de niño
que abandoné
para cuando me hice adulto,
la sensatez
prima,
lo obvio es palpable,
si toco el agua
solo me dice,
que ella también busca
la sonrisa de los peces
antes de ser atrapados.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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