No adolece la madrugada
de los encantos que hereda de la noche,
será por eso que se hace sabedora
de lo mucho que la quieren
quienes viven con ella
el tiempo suficiente
para darse cuenta sin emplear en ello ardiles
que la noche nos hace endebles
y con el resucitar del día volvemos a ser los de siempre.
de los encantos que hereda de la noche,
será por eso que se hace sabedora
de lo mucho que la quieren
quienes viven con ella
el tiempo suficiente
para darse cuenta sin emplear en ello ardiles
que la noche nos hace endebles
y con el resucitar del día volvemos a ser los de siempre.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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