POESÍA: UN EXTERMINIO CONSENTIDO

Cae la mano del hombre sobre los gorriones
convertidos en la peste
en un país avocado al comunismo,
se les mata por creerse 

que ellos son verdaderos  enemigos,
 pues sobre ellos ha recaído el dogmatismo
de quienes los tienen por causantes de su infortunio.

Dicen de ellos,

suenan los clarines del exterminio,

 que se comen el grano,
que son los responsables de las hambrunas
de aquel gran universo,

entre ignorancia y paganismo,
por el que avanzaba el comunismo,

acabando con chinches y ratas,

moscas y mosquitos.

Guerra a los gorriones,
se oye en los atrios públicos,
Mao los cita de continuo,
muerte por ser contrarios a los ideales
de quienes propagan la igualdad
por encima de otros principios
y así ellos los pobres gorriones
son exterminados,
ellos y sus nidos.

Tan solo porque se dice 

que comen mucho,
son abatidos 

y así una especie animal
casi desaparece del mundo.

Millones de nidos 

anualmente destrozados

queda como fruto

de aquel banal asunto,

que rizaba los pelos

de los sesudos

lideres políticos.

Son acosados a balazos, 
con redes asesinados

y expuestos públicamente,
con estruendos y ruidos
sacados de sus espacios
para morir agotados 

siendo testigos,

ellos los gorriones
de la crueldad 

a la que estaban siendo sometidos.

Con su genocidio 

llegaron las plagas de langostas

se comían ellas la vida

 que nacía 

sobre los surcos
y con ellas las hambrunas y muerte
afectarían  a millones de chinos.

Son rescatados del olvido 

los gorriones
comedores empedernidos
de langostas,

mortal 

para los humanos enemigo,
 y elevados a la categoría

de amigos

de una revolución

que lo tuvo por proscritos,
aunque para ello China
tuviera que importarlos,
al ser ellos ahora 

los únicos
capaces de acabar con las langostas

que llevaban hambre
a millones de seres

 que obtenían de la tierra
el sustento que los mantenía vivos.

Sepan quienes tienen

a los gorriones por enemigos,

que a mis queridos amigos

su dismorfia sexual

los hace sumamente atractivos.

Ya veo a ellos por los cielos

con su gorro rojo

y babero oscuro

sobresaliendo de ellas,

más pequeñas

y de color pardo,

su cuerpo vestido.

Símbolos de fertilidad y sexualidad
su comportamiento es lascivo,
lujurioso y primitivo,
primando en ellos 

lo monógamo sobre otros tipos
de conductas sexuales 

con más aditivos.

Así dicho 
gloria a los gorriones
y lo digo,
levantando un dedo
en señal de aprecio y cariño,
sin ellos el mundo sería otro
y esto si que es seguro.

Autor: José Vicente Navarro Rubio