De inadecuación social
morirá este poema.
morirá como las penas
machacada tras bebernos
una copa de buen vino tinto.
Lo hará sin más avisos,
el solo recorrerá su calvario
al igual que lo hizo Cristo.
Sentirá estoy seguro
el apretón de la corona trenzada de espinos
y los clavos hincados
en los pies y palma de los manos,
ya en la cruz convertido
en un mártir para los suyos.
Mi poema no lleva ternura,
la dejó en la rama de un olivo,
fue traído hasta aquí
tras recorrer un largo camino.
Son los suyos otros poemas,
todos ellos malditos,
es como si una profecía
y una rueda de molino
lo hubieran convertido
en una especie de testigo
lavado y vestido
con palabras sacadas de todos los sitios.
Yunta de versos
tiran del poema
y labran las páginas de un libro,
ahora un beso,
ahora un suspiro,
ahora un comentario inoportuno,
ahora la muerte,
ahora la resurrección,
ahora parto con dolor,
ahora ha nacido un niño,
que entre pañales gime,
solo el pecho le da alivio,
se sabe poesía
y por ello hijo del viento
y del amor,
del yo contigo
y de todo lo demás
que yo leí en un catecismo.
Autor:José Vicente Navarro Rubio
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