Pienso en los caminos que llevaban a la felicidad
siempre al lado de los familiares
y seres más queridos,
la felicidad compartida
recibiendo y dando como benévolo castigo,
asumiendo que en la realidad cruda de la vida
siempre hay algo a lo que sujetarse,
la felicidad como símbolo de hermandad
y de amor, como símbolo de lo que siempre fue
y para algunos sigue siendo.
Un mundo en paz sería motivo felicidad,
un mundo e que nadie padeciera hambre
sería motivo de felicidad,
un mundo más justo
sería motivo de felicidad,
un mundo sin egoísmo
sería motivo felicidad.
En una libreta me apunto
lo que es la felicidad
y lo que pudiera ser motivo de felicidad,
lo conseguido
y por conseguir
y puedo decir
que cuesta mucho cambiar los porcentajes
e hincar una pica
en el ombligo del mundo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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