Alguien canta y sabe
que su cantar es alegría,
un torrente de voz,
acompañada de una agradable música.
Por allí todo es
algo más de lo que se respira,
un quiero y no quiero
una suave caricia.
Voz de trueno entre caballos
corriendo ellos por una llanura.
Voz que se oye
salir de allí
donde crecen las margaritas.
Jardines inmensos,
ellos por allí dadores de vida,
que las flores y las plantas,
que el verde los ojos de la vida
son algo parecido a un amanecer
en que alguien al lado te ayuda
a dar ese salto diario
que nos traslada de risa en risa.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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