Sin esperanza no seriamos nada.
Si nos llega un aguacero
este siempre nos habla
de unos paisajes que beben
el sabor de los días plasmados
en preciosas gotas de agua.
Sin esperanza el amor solo sería
el primer beso,
no pasaría de ser un roce, una mirada,
un misterio en el que del amor no se sabría nada.
¿Sin esperanza donde estaríamos?
el sol tibio nos llega para decirnos
que nos ama,
que el es nuestro futuro
y con el de mano,
por la mañana y tarde
podemos pensar en otras cosas que no sean
quitar los pétalos a una margarita
o a cualquier flor de esas que nos hablan
y nos hacen sentir alegrías livianas en nuestra alma.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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