Podemos hablar de lo que la tarde quiera
si su intención es
entrar en este poema,
se le puede vestir de gala
y pintarle hasta las uñas,
pero la veo pachucha,
creo que le gusta la prosa bélica,
tan acostumbrada está ella
a las tragedias de la vida
que si no escucha
el estallido de una granada
acabar con vidas,
le cuesta sentirse cómoda
y por ello en si mismo se encierra
y lápida,
a la espera oportuna
de que vengan mejores tiempos,
de esos que de vez en cuando
hacen temblar al Planeta Tierra
tal si padeciera el baile de San Vito.
Pensamos que el tiempo es nuestro
y nos olvidamos de que la eternidad
está hecha
con trocitos de horas, siglos y eras,
todo inmutable moviéndose dentro de una esfera.
Si de verdad nos miramos
allí donde habita la conciencia,
veremos que el único poder que tenemos
ni por sombra se acerca
al que tuvieron los poetas vanguardias,
cuando convirtieron el arte en una especie de tómbola,
en las que se rifaban las letras
para jugar con la sintaxis "parole in liberta"
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario