En los días con soles
brillan en el cielo
apagados silencios
que entre cotilleos se mueren.
Por estos alrededores
los besos siempre son de alegría,
de todos solo hay uno,
el de Judas
que olía a muerte,
todos los demás
brotan y surgen para su deleite.
Lloran las fuentes
aguas que nacen en sus corazones.
Lloran hielo y nieve,
rocío y escarcha
para cuando alguien
quiere beber de ellas y no puede.
aguas que nacen en sus corazones.
Lloran hielo y nieve,
rocío y escarcha
para cuando alguien
quiere beber de ellas y no puede.
Y si avanzamos
y nos vamos por los mares,
entre soledades
apuntalando lo que ya existe,
solo lo hacemos
y nos vamos por los mares,
entre soledades
apuntalando lo que ya existe,
solo lo hacemos
porque su inmensidad nos puede.
No hay nada más que el coraje
para poder decir a la muerte
que se vaya lejos,
pues uno puede
con todo lo que le viene,
entre silencios
pidiendo panes,
en mitad de un parque
donde las palomas
se ponen ciegas
de marihuana y chocolate.
para poder decir a la muerte
que se vaya lejos,
pues uno puede
con todo lo que le viene,
entre silencios
pidiendo panes,
en mitad de un parque
donde las palomas
se ponen ciegas
de marihuana y chocolate.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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