Bonita es la noche rime o no rime
con coche o con porche,
ocurre que a la noche
igual le dan las rimas asonantes
que las consonantes,
ella se viste su traje de estrellas brillantes
y es capaz de enamorar
si se lo propone
al dios de los Truenos
y al dios de los fértiles enlaces.
La noche no quiere
rimas que le suenen
a galanes que cuando llega el día
se escapan por las ventanales
y se marchan a la búsqueda
de sirenas con las que comer
salmones o latas de sardinas en escabeche.
No quiere la noche que nadie la abroche
y le ponga en la cintura algo diferente
a un cinturón que no lleve
un brillante broche.
No le gustan a la noche los derroches
ni los trasnoches
de nadie que no sea la medianoche
y es que la noche
es para los fantoches
que luciendo graciosos bigotes
dale que dale entre botes y desmoches
se las pasan de mil cojones
siendo entre otras cosas un poco más que bordes.
La noche es el momento ideal
para los anoche
y atroches
entre bosques de robles,
y es que entre perdices y alimoches
uno ve doble
entre golpe y golpe
del destino que a todos nos convierte
en parte inseparable de su banquete de reproches
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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