Aquí cae una tormenta
y es que no somos adivinos,
cada cual va con lo suyo,
ahora aquí,
ahora, yo, mi, conmigo,
ahora me marcho,
ahora se que nos encontramos
al borde de un precipicio,
dulce calma,
colchón de suspiros,
me arropo y duermo
tal si fuera un niño
en brazos del destino.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario