Si me abrieran el pecho encontrarían
la circulación sanguínea pulmonar
y un periplo de aventuras
de esa maquinaria perfecta
a través de la cual somos esto que escribimos.
Un globo terráqueo es
ese lugar desde donde nos dirigimos
a la búsqueda de un destino
vestidos como podemos
de esa nuestra propia arcilla
con la cual fuimos moldeados.
Ya somos juguetes de cuerda
con una centella de sentimientos
alumbrando hacia allí donde
una puerta se abre
y una sinfonía de colores
nos deslumbra y obliga a seguir
por estos espacios de la poesía
donde nos desnudamos lentamente
para mostrar lo que queremos,
ya sean heridas o amores
o retóricas humanísticas,
ya humor
o esa caterva de categorías,
que como frías losas
nos convierten en esto o aquello
sin más poder de decisión
que la propia que emerge
del barro que nos formó.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario