Aquí quedo,
juguete soy
y sujeto al día me encuentro.
Sin más menesteres
ni premisas,
digo que no vale la pena
convidarles
a que lean esta poesía.
Supongo que en ustedes
estará aflorando algo nuevo
con que animar este portal,
antes de que se mueran
de risa
los que en los viernes irreverentes
se asustan de que las estrellas
ellas vivan
en el corazón de las personas
y sirvan
para entablar amistades
antes de que el alma canina
de la especie humana,
que por los arrabales de la vida camina,
tome posesión
y se convierta
en esa especie de filosofía
donde lo único que sirve
es el vivir sujetos a la tiranía,
del lenguaje perverso
aromatizado con estratos de plantas
invasivas
y de la tinta china.
Que ocurrencia,
para que luego se diga
que masticamos poemas
de esos que van a la deriva,
y que solo entran en puerto
para cuando la placidez del día indica
que el atraque es bueno
y en la taberna ya se puede beber vino
y comer sardinas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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