Por aquí afloran calores
a treinta y ocho grados estamos,
ya se derriten los versos
para cuando intentamos
sacarles ritmo
aunque sea bailando.
Día este de pleno de verano
en que nos levantamos
habiendo ya, es el caso,
en fútbol y tenis más que ganado.
Después de la resaca
bien está el aguantar
este atípico veraneo
de calores que llegan
por todos los lados.
Esperamos con la paciencia
de un santo
a que el martes aparezca
en el calendario,
fuera el caso
de que soplaran vientos
más magnánimos
y se marcharan los calores
a lugares lejanos.
Repartir es de hermanos,
si de verdad esto ocurre
rogamos y suplicamos
porque la calina
lleve entre sus manos
buenos refrescos anaranjados.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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